Gulf estaba recostado en su cama viendo su teléfono, en la pantalla principal se reflejó un nombre del que no estaba muy contento de recibir aquella llamada.Dejó su móvil a un lado ignorando la llamada.
Nuevamente timbró. Dos veces más.
Cansado de aquel sonido atendió la llamada.— ¿Qué es lo que quieres ahora?- respondió Gulf de manera cortante.
— ¿Por qué diablos no atiendes el maldito teléfono? Escúchame Gulf, a mí me hablas correctamente ¡Soy tu padre!
— Lamentablemente lo es señor Kanawut.
— Te quiero en casa lo más antes posible, necesitamos hablar seriamente.
— No voy a ir.
— ¡No te estoy preguntando si quieres o no! Te estoy diciendo que vengas ya. No me obligues a mandar a buscarte.
— Hmm - respondido Gulf de mala gana, sabía que su padre era capaz de mandar a algunos de sus hombres para buscarlo en la universidad, a él no le gustaba ser el centro de atención, suficiente tenía con tener el apellido Kanawut, para otros sería una dicha pero no para Gulf precisamente.
Todo era felicidad cuando era pequeño, un padre y una madre que estaban saliendo adelante con esfuerzo y dedicación. Al principio fue difícil pero poco a poco la empresa fundada por sus padres iba creciendo y alcanzando más peldaños, eso era lo que sus padres le contaban porque cuando todo sucedió era muy pequeño.
Su padre pasaba más tiempo en la oficina y en la empresa, su madre se desvivía en crialo y apoyarlo en todo lo necesario.
Después de unos años su padre empezó a cambiar, habían más discusiones con su madre y odiaba Gulf verla llorar en las noches.
Gulf no sabía la razón de tal cambio de su padre, no era el mismo que él conocía desde joven. Trataba de no mostrarse débil con su madre y ser su apoyo.
Poco tiempo después se enteró en una discusión de sus padres que su progenitor le fue infiel a su madre y que tenía una relación clandestina con la secretaria, el mismo día su padre dejó la casa en la que vivían.Ese día Gulf estuvo junto a su madre apoyándola y brindándole consuelo. El amor que algún día tenía hacia su padre se iba desvanecido por todas sus acciones.
Un día mientras Gulf llegaba de la escuela a su casa, abrió la puerta y se extrañó no ver a su madre.
— ¡Mamá! Ya estoy aquí ¿Dónde estás?
No obtuvo respuesta de su madre.—¡Mamá! ¿Estás en la cocina?
Se dirigió a la cocina y tampoco no había nadie.
Se empezó a preocupar.
—¡Mamá! ¿Dónde estás?
Subió rápidamente hasta la habitación de su madre y la vió tirada en el piso. Gulf se asustó mucho y trataba de llamarla para despertarla pero nada funcionaba. Trató de calmarse y llamar a la ambulancia para que puedan auxiliarla.
Pocos minutos después llegó la ayuda y la trasladaron al hospital.
Gulf lloraba y tomaba la mano de su madre mientras estaba en la ambulancia.
Gulf vió pasar su niñez y su juventud junto a su madre en un abrir y cerrar de ojos.Llegó desesperado pidiendo ayuda por su madre y que los doctores hagan de todo por salvarla, pero no pudieron hacer más por ella. Su madre había fallecido por un problema del corazón que Gulf ni sabía, su madre se lo había ocultado para no preocuparlo más.
No pudo hacer nada por ella.