Aquella tarde el juego era vs Pachuca, y yo era la encargada de la animación; por lo que las probabilidades de toparme al menor eran muy altas.
Vestía el jersey de Tigres, unos jeans y aquellos tenis blancos. Me gustaba trabajar ahí. Veía los juegos de forma gratuita y en cancha. De mi cuello colgaba el gafete de "organizadora".
Faltaban cerca de 40 minutos para que los equipos llegaran. ¿Yo? Me moría. Y a decir por la cara de Karen, mi nerviosismo era más que notorio.
-¿Has sabido algo? -Negué. -¿Y sí viene? -Asentí.
-Es parte del 11 inicial. -Acomodaba unos papeles en mi escritorio.
-Yvonne. -Armando, de seguridad, me llamaba desde la puerta de la oficina. -Pachuca ya llegó. Y buscan a la persona de organización.
-¿Qué? -Dejé los papeles en el escritorio y caminé nerviosa a él.
-Están acomodando el camión para que los jugadores bajen, pero han preguntado por usted.
-¿Quién? -Le pregunté mientras salíamos a la zona de autobuses.
-Su director técnico. -Soltó.
-Buenas tardes, Sr. Almada. -Le saludé una vez que había bajado. -Yvonne Monroy.
-Buenas tardes. ¿Es usted la organizadora? -Tendió su mano a mí y la estreché.
-Sí. ¿En qué puedo ayudarle?
-Debido al clima de Pachuca no podremos regresar el día que teníamos planeado, y por el momento no hay vuelos. ¿Podría usted apoyarme a la búsqueda de un hotel donde podamos pasar estos días?
-Claro que sí. -Saqué mi Tablet y anoté. -¿Cuántas personas vienen?
-Somos 35 personas, ya contando jugadores.
-Perfecto. ¿Problema con que sean dos hoteles diferentes? Debido que son demasiados no sé si encuentre un hotel para esa cantidad de personas.
-No, nosotros nos organizaremos según lo que ustedes nos den.
-Perfecto. Hablaré con mi equipo para conseguir un hotel.
-Gracias, señorita Monroy.
En todo momento no bajó ni una sola alma de aquel autobús.
-Karen. -Hablé por radio.
-Dime.
-Podrían buscar un hotel para la estancia de Pachuca, no hay vuelos de regreso debido al clima de allá.
-¿Cuantos días, cariño?
-Según internet hasta el lunes estará un poco mejor el clima.
Aquella conversación pasaba cerca de los vestidores de visita.
-Claro, Yvonne. Oye, ¿le has visto? -Preguntó. Aquella línea era exclusiva de ambas.
-No. Pero estoy más preocupada por encontrar un hotel para 40 personas que verle.
-Eso quería oír. -Sabía que sonreía. -¿Que harás si lo ves?
-Pues nada. ¿Qué puedo hacer?
-Solo espero que no arruine nada de lo que has logrado...
Entonces le vi y la voz de Karen se fue disminuyendo.
Aquellos cabellos negros ahora estaban teñidos de rubio. Sus ojos conectaron con los míos y por cuestión de milisegundos, juraría ver una sonrisa en sus labios.
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Daylight
FanfictionTenía el corazón roto; vengar mi corazón y disfrutar de mi soltería. Una noche; sexo casual. Mi debilidad; una sonrisa bonita. "Me gusta oírte gemir" sus palabras favoritas cuando follabamos.