Daylight

6. No me conoces.

Durante los siguientes meses nuestra "relación" se había vuelto un poco más intensa; e incluso mis amigas ya le conocían formalmente, no porque quisiéramos sino por qué nos habían encontrado en medio acto sexual en mi departamento.

-Te estás enamorando, y lo sabes, Vonny. -Soltó la castaña.

-Que no. -Rodé los ojos. -Somos amigos que follan, y listo.

-Amiga, tus fines de semana antes eran de ver a Tigres. Ahora te tenemos menos tiempo porqué vas al estadio de Pachuca y aparte ves en la televisión el de Tigres. -Soltó Alex.

-No siempre veo el de Pachuca, mentirosa. -Negué.

Aquella conversación se establecía en el despacho de eventos mientras teníamos la hora de comida. Mi celular vibró y rápidamente la mano de Aydee me lo robó.

-De Kevin. "¿Nos vemos hoy?" -Leyó.

-Yvonne, no estamos en contra que folles con el chico solo que nos preocupa que te estés enamorando de él cuando él te dijo que no quiere nada. -Soltó Alex.

Me gustaba pasar tiempo con él, pero de eso a estar enamorada eran cosas distintas.

-Que no lo estoy. -Solté ya un tanto molesta.

-Solo queremos que sepas que cualquier cosa estamos aquí, nena. -Soltó Aydee antes de regresarme el teléfono.

Aquella tarde había quedado con el menor.

-¡Hey! Hola. -Saludó mientras lo dejaba entrar.

Me abalancé a él, me coloqué de puntillas y me apropié de sus besos. Estaba enojada, no podía sentir nada por este chico. Comencé a quitar su playera y la frustración apareció al ver que no alcanzaba para sacarla de su cabeza. El morocho separó su cuerpo de mí para ayudarme y en cuanto aquella camisa ya no estaba en su torso volví a besarle. Sus labios apenas y seguían mi ritmo, estaba desesperada, no podía gustarme aquel jugador.

-¿Qué pasa? -Preguntó cuando me separé para quitarme mi blusa. Negué y volví a besar su cuello. -Me gusta que tomes la iniciativa, pero algo pasa, Yvonne.

Mis oídos omitían sus palabras, mis besos acariciaban su pecho mientras que mis manos intentaban desabotonar sus jeans.

-Yvonne. -Soltó mientras se alejaba de mí.

-¿Qué? -Pregunté irritada.

-¿Qué pasa? Esta no eres tú.

-¿Qué no soy yo? -Le pregunté irónica. -Esta soy yo tratando de coger contigo. -Levanté los brazos.

-Quiero decir a que estás enojada por algo. -Estaba a unos cuantos pasos lejos de mí. -Lo puedo sentir.

-¿Lo puedes sentir? -Pregunté riéndome.

-Sí, te conozco.

-No. -Solté seria. -No me conoces en absoluto.

-Lo suficiente para saber que esto no es porque tienes ganas de coger.

-No, Kevin. No sabes nada de mí. -Alcé la voz. Tapé mi rostro con frustración.

-¿Qué pasó? -Oí sus pasos acercarse a mí.

Mi mente no pensaba en nada, no podía emitir palabras algunas ya que por mi mente solo pasaba besar esos labios delgados, acariciar aquel cabello que recién había cortado, decirle que me encantaba su sonrisa.

-Vete de mí departamento. -Logré decir.

-¿Qué? -Sus ojos buscaban respuesta alguna por todo mi rostro. -¿Qué ha pasado? Hace dos segundos querías tener sexo y ahora me corres. -Sus manos intentaron tocar mi cara.