13. This love left a permanent mark.

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CAPÍTULO CON CONTENIDO SEXUAL

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Le dediqué una sonrisa cuál fue correspondida. Bajamos del auto en dirección a la entrada principal. El menor había reservado la noche anterior.

-¿Les parece una mesa del fondo? O podría ser también en la parte de arriba. Tiene una buena vista a la ciudad.

-Arriba estaría super bien. -Me adelanté al jugador. -Vale la pena. -Le miré y solo se limitó a asentir.

Aquella vista con esas nubes grisáceas hacía la ciudad un tanto triste, sin embargo, la vista era maravillosa.

-Es bonita tu ciudad, muchos edificios. Pero demasiado complicado su manera de manejo. -Soltó aquello ultimo como chiste.

-Bastante. -Me reí con él. -¿Qué has conocido de aquí? -Pregunté mientras veía el menú.

-Nada. Solo suelo venir directo a los juegos. -Sus ojos seguían en mí. -Pero si me preguntaran que es lo que más me gusta de Monterrey, diría que tú.

Aquellas palabras aceleraron mi corazón. Tomé toda mi valentía y le miré.

-Eso es lo que más me gusta de Monterrey. -Soltó y volvió su vista al menú.

Kevin Álvarez, señores y señoras. Solo él podía volverme loca con unas pocas palabras.

La mesera se acercó para tomas nuestras órdenes y amablemente partió de ahí con ambos menús, ya no tenía en donde esconderme.

-¿Cómo haz estado? -Preguntó tranquilo.

-Bien. Bastante bien. -Le miré relajada. -Trabajo donde siempre quise, con mi equipo favorito, haciendo lo que más me gusta.

-Me da mucho gusto que todo ha mejorado. -Sabía que era honesto, pero también que había un nudo en su garganta.

-¿Qué tal tu? ¿Cómo va el fútbol?

-Bien. Hubo una mala racha, pero ya hemos salido del bache. -Soltó mientras jugaba con la cuchara.

La comida pasó rápido. Entre risas, chistes, ponernos al tanto de como habíamos estado este año y medio. Me contó que aún se juntaba con Noah cuando iba a Pachuca. Aún mantenía contacto con todos, pero la comunicación había disminuido al poco tiempo que el trabajo con Tigres comenzó a crecer.

Le conté que al fin había conocido a mi adoración Hugo Ayala, y que ahora trabajaba con él casi diario. Que conocía muchas cosas importantes antes de ser anunciadas oficialmente. Los jugadores, tanto del varonil como femenil, me conocían y tenía buena relación con ellos.

El tiempo voló. Eran cerca de las 5 de la tarde cuando una llamada entró a su celular.

Luisin.
-Hola. -Silencio. -Estoy con Yvonne. -Silencio. -En un rato más me voy. -Silencio. -Que no, wey. -Silencio. -Sí. Al rato llego al hotel. -Silencio. Cortó.

-¿Todo bien? -Pregunté.

-Sí. Chávez y su protección.

-¿Qué le has contado?

-Todo. Cuando te fuiste, fue él quien estuvo para mí.

-Me odia, ¿cierto?

-No. -Le miré. -No te odia. Odia que estuve esperando tanto poder encontrarte en Monterrey en este viaje. Que a pesar de todo me interesas... -Dudó. -Me interesa saber que estás bien, y como te ha ido en la vida. -Completó.

-Entiendo.

-Pero no te odia. -Soltó con sus ojos en los míos.

El menor pidió la cuenta para poder retirarnos.

DaylightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora