El paramo de las memorias

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- ¿Dónde estoy? - Ese era el primer pensamiento que cruzo por la cabeza de Boscha al despertar, después de aquel golpe que Amity le dio para impedirle escapar. Árboles secos y marchitos eran todo lo que podía ver a la distancia, una densa niebla cubría gran parte del terreno reduciendo la visibilidad - Esto no parece ser el bosque cercano a la mansión de Amity, la niebla es demasiado densa y el clima es frio - su cuerpo tembló en respuesta. - Debo comenzar a moverme cuanto antes, mientras aun tenga algo de luz del día.

La triclope comenzó a moverse no buscando desaprovechar un momento más, camino sin rumbo a la espera de llegar al extremo del bosque y seguir por la orilla hasta encontrar el camino de vuelta. Ella suspiro tras caminar por lo que ella sintió fueron más veinte minutos - ¡Esto es inútil! este lugar no tiene salida - Boscha bufo, pateando un árbol, la madera crujió y el tronco emitió un brillo casi cegador. La triclope se tapó los ojos hasta que estos se aclimataron a la súbita iluminación, - Que clase de árbol es . . . - Sus ojos se abrieron de golpe cuando vio a través de la grieta un recuerdo reproducirse como una película, pronto el resto de los arboles comenzaron a brillar y transformar su tronco. Un recuadro como el de una pintura estaba ahora sostenido sobre cada árbol que sus ojos podían divisar.

- ¡Amity! ¿Qué clase de truco es este? a donde me has traído - Grito con todas sus fuerzas, el eco resonó sobre el bosque y con ella la risa de Amity. Boscha sintió que había hecho una gran estupidez al gritar y revelar su posición a ella. Sin pensarlo comenzó a correr en la misma dirección de donde había escuchado las risas, pero desviándose poco a poco de la dirección, no sabía por qué, pero sentía que esta era una mejor idea que solo ir en línea recta.

Boscha se desplomo tras correr sin parar, ocultándose detrás de un árbol, comenzó a respirar lentamente. Tras pasar unos minutos pudo recuperar la calma, perdiéndola poco después al ver el tronco sobre el cual se recargaba empezar a brillar, Boscha cerró los ojos para no pensar mucho en ella.

- ¡Luz! tengo algo que decirte - Boscha escucho su propia voz en la memoria- Luz yo... - su voz comenzando a tartamudear - yo, quería decirte que. . . me gustas Luz Noceda y...

- ¡Tú también me gustas Boscha Coppers! - Se escuchó la voz de Luz, su querida novia humana.

Boscha no pudo evitar abrir sus ojos cuando escucho las voces de la memoria. Asomo su cabeza por un lado del tronco, pero instintivamente regreso a su sitio cuando la vio, fue por un segundo que pudo captar la figura de Amity acercarse por el rabillo de sus ojos, sus manos se posaron sobre su boca y sus piernas se doblaron tan cerca de su cuerpo como les fue posible, levantándose mientras apoyaba su cuerpo contra el tronco, comenzó a erguirse en preparación para correr si era necesario.

- ¡Luz! tengo algo que decirte. . . Luz yo... - la memoria comenzó a repetirse- yo, quería decirte que. . . me gustas Luz Noceda y... - el sonido de la madera crujiendo interrumpió la memoria, Boscha pudo oír como Amity maldecía entre dientes a la memoria.

- ¡Sal de donde sea que estés Boscha! - La voz de Amity resonó en todo el bosque, la triclope tapo su boca y apretó los dientes para no gritar en ese momento - ¡Quemare cada memoria en este bosque si es necesario! sal y pelea mientras aun te doy la oportunidad de hacerlo-podía sentir como Amity se encontraba tan cerca, buscándola furtivamente para acabar con ella en ese sitio, la risa le hacía estremecerse como si en cualquier momento fuera a asomarse desde el otro lado.

Finalmente, los gritos de Amity cesaron y Boscha pudo oír sus pasos alejándose del sitio, suspiro aliviada, aunque sabía bien que un sitio como el mundo de las memorias era fácilmente descrito con una palabra. Errático, esa la palabra que podía describir a la perfección este lugar, perder de vista algo fácilmente desembocaba en acabar en cualquier otro sitio menos a donde buscabas llegar en un principio.

Boschluz - Lazos robadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora