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Los ruidos incesantes de alguien llamando a la puerta alarmaron a todos, incluyendo a Thomas que ya estaba listo para defender a cualquier atacante.

— Espera muchacho, yo recibiré a las visitas, tu vete de aquí y encargate de lo demás. — Charlie llegó rápido para calmar las cosas, pues siempre era más eficiente mantener la calma y atacar si era necesario.

Thomas no tuvo opción que obedecer escondiéndose en su sótano para evitar que alguien de los chicos se fugara aunque para fortuna del asesino, todos estaban inconscientes. Hoyt se puso su sombrero y con una postura a la defensiva se acerca a la puerta del hogar.

— Si? — preguntó el alguacil.

— Buenas tardes, por lo que note una patrulla está fuera, es suya? — La voz segura de un oficial sonó tras la puerta.

Con un nudo en la garganta, Hoyt accede a abrir la puerta enfrentando a los verdaderos oficiales.

— Así es, yo soy el oficial de este condado, ¿sucede algo? — Pregunta lo menos nervioso posible.

— No en absoluto, creímos que estaría de patrullaje. — Responde un segundo oficial.

— Es mi descanso señores, igual necesito ver a mi familia. — El tono serio del sheriff mantiene tensa la conversación.

— Por supuesto, solo queríamos averiguar en donde se encontraba para hacerle unas preguntas respecto a lo que está sucediendo en estas carreteras. — Comenta uno de los oficiales mientras sacaba un pequeño cuaderno y lápiz.

— ¿Se refiere a las desapariciones? Si he estado investigando igual, no han habido muchos turistas por aquí desde hace mucho, al parecer quisieron manchar mi pueblo más de lo que estaba. — Menciona de una forma victimista y defensiva.

— Es una lastima, nos alegra que igual colabore con esto, informaré de esto a mis superiores. — Al escribir en sus notas, pensó en la escena en el hospital, en el horrible espectáculo que presenció. — Aparte de eso, no solo estoy aquí por las desapariciones, hace varios días encontramos el cuerpo del doctor Miller, no se si lo conoció pero operaba en un hospital fuera del condado.

Charlie pensó en su respuesta pues no quería acreditar tal hecho, así que con una expresión engañosa fingiendo sorpresa logra convencer a los oficiales.

— No me habían informado de eso, debo suponer que fue fuera del condado. — Pasando su mano por su barbilla pensó en alguna solución. — No creo tener el permiso para colaborar con ustedes así que les confió este caso muchachos. — Su tono cambió a uno entusiasta, manipulando las mentes de los hombres.

— Lo entiendo alguacil, de igual forma cualquier cosa se la haremos saber, usted es importante en estos casos y le comunicaremos lo que suceda. — Responde el segundo oficial novato.

— Así me agrada joven, vayan a hacer su trabajo, yo haré patrullaje en unos minutos. — Con esas últimas palabras, el falso sheriff se despide de los hombres, el nerviosismo casi le ganaba pero Charlie se sentía poderoso al ver como esquivaba a la policía tan fácilmente.

(Esos idiotas...)

Pensó mientras cerraba la puerta y se acostaba en su sofá si no antes de tomar una botella de cerveza.

— THOMAS, Ve a darle de comer a tu tío Monty! Yo me iré a dormir. — Sin esperar mucho, el anciano cae en un profundo sueño.

El carnicero trabajaba arduamente hasta escuchar la voz de su tío, él corrió a atender sus deberes sin siquiera renegar. Su tío Monty se había alejado producto a una depresión que le dio al no poder caminar, algo que había empezado hace pocos meses y no lograba cambiar mucho.

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora