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1 hora antes

Muchos sentimientos rondaban en la cabeza de cada integrante de la familia Hewitt. Hoyt tenía la inseguridad de que su régimen y control hacia su arma más fuerte estuviera desmoronando por una simple chica, temía de la traición de Thomas. Luda sentía desesperación al notar cómo  las personas más importantes en su vida chocaban entre sí y ella no lograba un cambio al respecto. Finalmente Thomas sentía confusión por sus actitudes, analizaba sus acciones pasadas a detalle buscando un porqué de su cambio de actitud tan marcado. Cada uno tenía una lucha interna con ellos mismos, una pequeña bomba de tiempo que explotaría muy pronto.

Los pensamientos de Luda fueron interrumpidos por la visita de nuevos clientes en su tienda. Ella dio su buena cara y miró a las personas, sin embargo su cara se transformó cuando noto a los dos policías que había visto hace poco caminar hacia ella. Parecían serios pero sin malas intenciones, Luda trago saliva y espero cualquier pregunta.

— Buenas noches no espere verla de nuevo, no cree que es muy tarde para que usted trabaje? — Habló el policía que parecía más experimentado. — debería estar descansando.

— No creo, mi casa queda cerca y uno de mis hijos puede venir por mi. — Luda sin duda estaba nerviosa pero tomaba las cosas con calma.

— Su hija no le ayuda aquí? — Pregunta más evasivo.

— No, bueno si mayormente pero hoy no se sentía bien así que la deje descansar. — La mirada de los policías no cambiaba, dejando con preguntas a Luda. — ¿Se le ofrece algo?

Los policías formularon sus preguntas meticulosamente mientras se miraban fijamente.

— Disculpe queríamos hacerle una pregunta, ¿Usted y su familia son los únicos en este pueblo? — Habló el policía novato con una voz más compasiva y tranquilizante que la del experimentado.

— Pues que yo sepa si, no he estado enterada de algún nuevo vecino cerca de mi residencia ya que me la paso muy ocupada. — Responde Luda con su voz más inofensiva.

Todo el ambiente se había convertido en un total interrogatorio. Los policías comenzaron con constantes preguntas que Luda lograba evadir, aun así Luda comenzaba a perder la compostura y comenzaba a cansarse mentalmente.

— Disculpe creo que merezco saber por que me están haciendo tantas preguntas?

— Pues le explico señora Hewitt, hemos recibido una orden de nuestros superiores para interrogar a todos los residentes de este condado para obtener alguna información sobre las recientes desapariciones. — El rostro de Luda cambió y los policías lo notaron. — Pero no se preocupe señora esto era todo lo que quería saber, el siguiente que quisiéramos interrogar es al Sheriff pues no lo encontramos haciendo ronda de vigilancia y como usted es su familiar agradeceríamos que nos ayudará a encontrarlo.

— ¿Para que me quieren? — Respondió Charlie entrando a la tienda completamente ebrio, todos lo notaron entrando en más sospechas. — Que hacen estos hombres aquí, ya hay un sheriff a cargo de este pueblo.

La mirada irónica de ambos policías mostraron lo nada convencidos que estaban y pusieron de nervios al falso alguacil. El más experimentado de los dos sacó un pequeño cuaderno de su bolsillo ojeando las pequeñas hojas lentamente.

— Buenas noches alguacil, olvide presentarme la última vez, soy el oficial Ortega y él es mi compañero novato el oficial Quill. Como le comenté hace varios días estuvimos al tanto de los recientes sucesos y estamos preocupados por el elevado incremento de personas desaparecidas. Nuestras especulaciones siempre recaen en que todo está sucediendo en este pueblo y es por eso que mi jefe mando a una revisión de personal.

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora