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Después de la partida de Heather, en cuanto cayó la noche, Daryl no pudo conciliar el sueño, en sus pensamientos él creía que ella se arrepentiría y volvería antes de que cayera el sol, pero ya no había rastro de ella, ¿Y si le paso algo?, él no consideraba que su ex fuera suficiente como para sobrevivir por sí sola, grave error.

Ya era de mañana y sin rastro alguno, ya comenzaba a sentir esa necesidad de su presencia, pero no tanto como muestra de amor, más bien una dependencia emocional que nunca pudo quitarse a tal punto de llegar a obsesión, necesitaba de ella, la deseaba y mientras pasaba el tiempo comenzó a ponerse en mente ir a buscarla y obligarla a regresar, no había opción.

Debo estar demente  — se termina diciendo a el mismo mientras agarra su saco y corre hacia su auto.

No tenía ni la más mínima idea en donde podría estar pero él sabía que no podía irse tan lejos y él obviamente sabía que haría todo para encontrarla, era un hecho...

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La joven Heather despertó de su sueño incómodo, pues lo único que tenía para descansar eran los asientos traseros del auto. Abre las puertas para ventilar y luego se estira lo más que puede, se sentía agotada, pero no era tiempo de pensar en eso, tenía que cambiarse y dirigirse a su nuevo empleo, realmente estaba tan nerviosa que hasta había olvidado el hambre que tenía hace unos momentos. Al llegar se apresuró en bajar e ir con sus documentos a la oficina del establecimiento, sin perder tiempo sube las escaleras y toca la puerta.

— Pase — se escuchó una voz detrás de la puerta, lo que le dejó a Heather continuar.

— Buenos días, disculpe si llegue muy temprano, vine a dejar todos los documentos que ocupe.

— hmm me parece muy bien — de un cajón sacó otra hoja y después saca una pluma y se los acerca a Heather — después de que firmes aquí ahora si todo estará listo para que empieces.

La joven estuvo unos minutos leyendo el contrato, no le pagaría mucho pero era suficiente, le daría un adelanto, cosa que le impresionó. Ya segura de su decisión, toma la pluma y firma el contrato.

— Supongo que listo — le da el contrato y le entrega la pluma, el hombre revisa la hoja y seguido la guarda.

— Pues entonces, bienvenida señorita Hardesty.

Después de una larga platica de cosas que tenía que saber y detalles sobre su zona de trabajo, la joven finalmente sale de la oficina, se dirige a unos vestidores y recoge un mandil algo sucio y viejo. Era la hora, por fin hoy empezaría su primer día de trabajo así que manos a la obra.

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Había pasado más de 4 horas y todo era muy agotador, le daban cierta carga de reses y ella tenía que dividir y cortarlo con un cuchillo de carnicero, la maniobra que tenía que hacer al cortar era muy cansada y con alto riesgo de que se cortara un dedo pero al pasar el rato empezaba a acostumbrarse, el hecho de que estaba trabajando para ella y teniendo su propio dinero era una gran motivación.

Su turno terminó después de otras 5 horas, estaba agotada, sedienta, hambrienta y con un dolor de manos horrible. Mientras recogía sus cosas cayó en cuenta que aquel hombre con quien se encontró el día anterior, no había ido a trabajar hoy, tal vez se enfermo, o tal vez simplemente hoy no tenía que trabajar.

Aún tenía gasolina como para darse el lujo de ir a explorar el condado y comprar las cosas del día. Mientras conducía pudo divisar a lo lejos otra gasolinera, era perfecto, aprovecharía para cargar gasolina y comprar lo que fuera necesario. Al entrar al lugar la mujer notó el claro malgaste del lugar, al aventurarse más vio que el establecimiento era atendido por una mujer ya mayor.

— Buenas tardes — saludo de la forma más amable a la anciana, pero ella solo le regreso la mirada, lo cual para Heather era suficiente.

La chica dio varias vueltas alrededor de la tienda, haciendo una lista de lo que necesitaría, ya pasado varios minutos tenía todo lo que necesitaba así que se dirige hacia la caja para pagar pero en cuanto se acercó vio cómo la anciana que atendía intentaba cargar unas cajas, cajas que para la edad de aquella mujer le eran imposibles cargar, la preocupación llegó cuando una de esas cajas cayó y ella casi resbala, haciendo que Heather sin pensarlo dejara sus cosas a un lado y corriera a su auxilio.

— ¿Señora está bien? — Agarró varias de las cajas que estorbaban y las puso en lugar seguro, ya con eso hecho se acerca a la mujer mayor y le ayuda a incorporarse — dios mío debe de tener cuidado, pudo lastimarse gravemente — al darse la vuelta noto que de las pocas personas que caminaban por el lugar solo algunas vieron y solo se quedaban viendo, sin duda algo que a Heather le desagradó por completo.

— Gracias jovencita, ya puedo moverme sola, eres muy amable — la señora contestó algo apenada pero de igual forma agradecida por el acto de la joven.

— No No es nada, enserio — suelta una tímida sonrisa — ¿no tiene a alguien que le ayude? no quiero subestimar ni nada pero el clima en este lugar es horrible y usted aquí sola podría llegar a pasar un accidente.

En sus palabras se notaban sinceridad, no solo para intentar quedar bien, ella realmente le preocupaba la gente a su alrededor y siempre se mostraba amable, a veces de más, y eso fue lo que aquella anciana notó.

— Mmm no niñita, no tengo por el momento alguien que me ayude en la tienda, pero ni modo hago lo que puedo, ¿vas a querer que te cobre algo? — la mujer cambia de tema para no agrandar la situación.

— O si si — rápido camina a donde había dejado lo que escogió y regresa con la mujer — seria solo eso.

La anciana comienza a sacar cuentas y a anotarlas, de vez en cuando Heather podía notar tosidos y respiraciones exageradas de aquella mujer, cosa que le comenzaron a preocupar cada vez más, ¿Y si la joven le termina dando un golpe de calor? no se lo perdonaría si eso llegara a pasar, no hay doctores pasando muy a menudo. Ya cuando le tenía el presupuesto de todo la chica saca de su bolsillo el dinero de su adelanto y se lo entrega.

— Tenga — la mujer cuenta el dinero y ahí se da cuenta que le quedaba cambio, es entonces que Heather opta por darle ese dinero— quédeselo, en serio, tal vez no es mucho pero quisiera ayudar, qué le parece si mañana vengo a ayudarle un rato en su tienda?

— Pero no estoy contratando gente, no tengo ahora el lujo de hacerlo.

— No tiene por qué pagarme, lo hago para ayudarle, ¿Qué dice?

En ese instante la señora quedó muy sorprendida por esas últimas palabras, nunca había visto a una persona mostrarse tan caritativa con ella, hasta por un momento pensó que lo hacía por pena y obvio eso no le gustaba, pero realmente pudo ver cierta sinceridad en su rostro y en sus acciones, como si ella también estuviera pasando por algo similar y vaya que tenía razón.

— Entonces adelante, te espero aquí en la tarde, enserio te lo agradezco, nunca había conocido a una niña tan buena y amable como tu.

— No hay de que, estaré aquí mañana sin falta.

— Muy bien la veo señoritaa— ahí cayó en cuenta que no sabía su nombre aun, cosa que igual la joven noto.

— Oh si, soy Heather Hardesty , un gusto.

— El gusto es mío Heather — la mujer le sonríe y la acompaña a la salida para despedirse de aquella joven — llámame Luda, Luda Mae Hewitt...


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Espero les guste este nuevo capitulo

Se que este capitulo duro menos que el anterior pero es por que ya viene lo bueno U_U

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora