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Se podría decir que Texas era un lugar bastante peculiar, el clima tan caluroso y el ambiente sureño podrían ser una de las cosas que te dirían sobre este estado, pero hoy el clima se había nublado, algo no muy común, y en un descuidado departamento Heather se hallaba empacando sus cosas.

— ¡Te lo advierto mocosa, no sabes lo que estás haciendo, tan pronto pongas un pie afuera, ni se te ocurra regresar! — exclamaba el joven con furia— No sabes lo que haces, sin mi no podrás hacer nada, no tienes dinero, ni donde vivir, ni un trabajo, ¿Qué harás? !¿Regresar con tus estúpidos padres?!

— Yo me las arreglaré sola, no te necesito — decía la chica en respuesta sin dejar de meter toda su ropa y objetos de valor.

Tan pronto terminó, cargó su maleta y se dirigió a la salida, pero fue interrumpida cuando el hombre tomó de su brazo con brusquedad.

— ¿Y cómo lo harás? Solo tienes una maleta llena de ropa y un carro, ni siquiera tienes dinero para un hotel, acaso no puedes ver qué estás mejor conmigo, mira no soy perfecto pero te juro con mi vida que todo va a estar bien, que cambiaré —su semblante cambió de repente mostrando ahora una manipuladora mirada y unas palabras que ni él se creía.

— Daryl.. entiende que yo ya no puedo con esto, siempre es lo mismo, dices que cambiarás pero luego vuelves a lo mismo, y yo ya no estoy para soportarlo -dice para después zafarse de su agarre y salir del departamento rumbo a su coche.

Metió sus cosas, encendió el auto y se fue sin más rumbo a la carretera perdiéndose de la vista de Daryl.

Daryl, el ahora ex de Heather se metió a su departamento esperando cualquier cosa que pudiera pasar, pero eso sí, no aceptara que su mujer se vaya así sin más, si no era suya entonces no sería de nadie más.

Mientras tanto con Heather, ella seguía conduciendo sin detenerse, secándose sus lágrimas de dolor, pero no por el hecho de dejar a su prometido si no por todo el sufrimiento que le hizo pasar por todos esos años pero ahora que se ponía a pensar, sin duda era algo que no funciona, ella no era alguien que soportará el ser maltratada o humillada, Daryl era un hombre explosivo, que por lo más mínimo se enfurecía y ella al ser tan retraída nunca pudo ponerle un alto, realmente lo quería, era su primer amor, cuando lo conoció él se mostraba como un hombre amoroso aunque tarde o temprano termino mostrando su cara. Heather sabía que era muy joven cuando comenzaron su relación, Heather solo tenía 17 y el 28, ahora que ella tenía 21 sabía que su relación era enfermiza y no terminaría bien.

Lo primero que tenía que hacer era conseguir un lugar donde quedarse, lo único que pensó era ir con sus padres pero ellos se encontraban al otro lado de Texas y no había tenido contacto con ellos en meses, sabía que ellos la recibirían pero aún no era momento, lo que le quedaba era conseguir un trabajo lo más pronto posible y pagar un hotel para poder conseguir el dinero suficiente, ese era su plan por el momento, no sabía cómo le haría pero tenía que salir adelante, tenía que demostrarle a ese idiota que ella podía salir por su cuenta y sobrevivir.

Alrededor de 1 o 2 horas Heather comenzó a notar la falta de combustible en su auto, por fortuna ya había avanzado un gran tramo del camino y una gasolinera estaba justo a la vista, Heather se estaciona y se dirige a la tienda de autoservicio, estaba hambrienta y no tenía mucho dinero, era claro el hecho que debió comer algo antes de irse de el departamento pero sus ganas de escapar y desaparecer de la vista de Daryl fue mayor. Al entrar pudo notar que no había gente, solo un grupo de jóvenes que platicaban y reían, sin darle importancia la chica camina por el lugar y toma varias golosinas, un mapa y se compra un café para aguantar el viaje, se dirige a la caja y es atendida por un hombre no tan mayor.

— Hola, ¿me puede cobrar esto por favor? Y también puede dejarme llenar mi tanque? — decía la chica apresurada, quería negarlo pero el hecho de que tal vez Daryl la estuviera siguiendo y le hiciera algo era inevitable.

— Claro, serían 60 dólares.

La cara de la chica comenzó a cambiar cuando al checar su cartera, solo tenía 40 dólares, con una gran desesperación e impotencia cierra su billetera, pone sus manos en la mesa y cierra sus ojos con fuerza, no era posible, no había guardado bien el dinero, ni siquiera lo checo bien antes de irse, de seguro Daryl había estado tomando dinero para comprarse sus estúpidos cigarros, vuelve a dirigir su mirada a el cajero que se encontraba confundido.

— Y-yo.. — tartamudeaba a no saber si dejar algo de la comida que tomo o dejar todo definitivamente.

— ¿Cuánto te falta?

La voz de un chico comenzó a acercarse, Heather volteo confundida y pudo ver a un joven, era uno de el grupo de chicos que había visto con anterioridad, un hombre de estatura alta, realmente atractivo, complexión musculosa y unos ojos claros.

— Te estuve viendo y al parecer te falta dinero, dime sin pena, ¿cuanto te falta? — la sonrisa del joven hacia qué Heather entrara en confianza.

— Ehhh, al parecer me faltan 20 dólares — respondio con cierta pena.

Aunque él se ofreció en ayudar Heather no tenía confianza del todo, más por el hecho de que él fuera tan amable así porque sí y sin conocerla. El hombre sacó un billete de 20 dólares y sin quitarle la mirada lo puso en la mesa, se quedaron viendo un buen rato hasta que Heather reaccionó y puso lo que quedaba.

— Entonces, creo que sería todo señorita, quiere que le ayude a cargar la gasolina o usted se encarga?

— No se preocupe yo me encargo muchas gracias — Heather voltea a el joven que le ayudó y le sonríe sutilmente— muchas gracias no tenías que.

— Ey tranquila no es nada, créeme que lo último que quiero antes de irme es poder hacer un acto de buena voluntad.

— ¿Irte? — decía mientras recogía sus cosas y se dirigía a la salida.

— Oh sí, iré de vuelta a la guerra allá en Vietnam, me volvieron a mandar y me llevare a mi hermano esta vez — el joven lo decía con tanta naturalidad que a Heather le preocupaba a cierto modo pero no se lo hacía notar— por cierto no me e presentado, me llamo Eric y vengo con mis amigos y mi novia ¿A donde te diriges?

— Pues.. mi destino por el momento será en el condado de Travis, necesito conseguir un empleo antes de irme a vivir con mi padres en Nuevo México.

— Oye, enserio es un viaje largo, ¿de donde vienes? — pregunta el chico ahora con más interés.

— Houston.. — había tardado en responder, Eric era demasiado amable y carismático que había olvidado que eran completos desconocidos.

— Bueno chica solitaria, fue un gusto pero el deber llama y tenemos que continuar con el viaje mis amigos y yo, tal vez si no me equivoco hasta podamos reencontrarnos en el camino.

— Dime Heather, espero y todo salga bien para ti y tu hermano — le sonreía amablemente mientras se despedía de él tan gentil hombre.

— Esta bien Heather igual cuídate y suerte —se despide finalmente mientras sube a su auto junto a otras 3 personas que reían y platicaban.

Igualmente, Heather termina de llenar su tanque de gasolina, sube a su auto, un pick-up rojo algo antiguo y se prepara para continuar de nuevo con su viaje. Ese encuentro con Eric le dio un suspiro a su vida, finalmente pudo sentir que alguien realmente hacía algo de corazón por ella, esto era la motivación que necesitaba, el estrés que estaba cargando disminuyó.

(Espero y todo salga bien, sé que así será...)

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Si tienen alguna opinion constructiva no duden en ponerla y si no igual esta bien.

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora