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- FLASHBACK -

El viento chocaba contra las paredes del vecindario bruscamente, anunciando la llegada de una tormenta en Texas. En la casa de los Sawyer se encontraban la pareja de jóvenes desempacando sus cosas después de tan pesada mudanza, por fortuna dicha tormenta había llegado después de meter todos sus muebles.

— Heather, ¿Podrías hacerme el favor de llevar todas esas cajas al cuarto de huéspedes mientras yo instalo la cocina y el comedor? — Daryl estaba cansado al igual que su pareja, pues la incompetencia de los trabajadores lo obligó a igual ayudar a cargar los muebles.

— Claro amor — Ella accedió cargando las cajas y dejándolas en dicha habitación, su torpeza le dio una mala jugada provocando que cayera encima de uno de los paquetes — No puede ser — Rápido la toma y la abre para ver su contenido, se detuvo en seco pues algo que creyó haber dejado en casa de sus padres ahora se encontraba con ella, su material de dibujo estaba ahí intacto a pesar de la caída — Hmm... — Soltó un sonido de resignación para después arrojar la caja hasta el fondo del cuarto.

Daryl estaba trabajando en instalar todos los muebles restantes, hasta que siente la presencia de su novia.

— ¿Ya pusiste todo? — Preguntaba sin quitar la mirada de la mesa la cual estaba armando.

— Si — Se quedó en silencio intentando formular bien su pregunta — Oye Daryl, ¿Tu fuiste quien puso la caja de pinturas en el camión de la mudanza?

— ¿Uh? — Dicho eso, se levantó confundido y la miró — Pues si, supuse que hubieras querido seguir con tus pinturas aquí, ¿Por qué lo dices?

— Pues, ya sabes, yo lo que quisiera es continuar contigo y dejar esas cosas de niños atrás.

— ¿Niños? Hablas como si ya tuvieras toda una vida — El comentario sarcástico de Daryl tiene cierta razón, Heather acababa de cumplir los 18 años.

— No digas eso Daryl, ya estoy grande — Decía indignada y con un puchero.

— Claro, ya estas grande, pero sigues siendo mi niña — El hombre se levanta y se acerca a la chica dejando un suave beso en su mejilla — Tengo que irme a trabajar, te veo en la noche.

La conversación se quedó ahí y cada uno volvió a sus actividades, después de que toda la casa estaba instaurada, Daryl como siempre lo hacía en Nuevo México, se encerraba en su habitación para continuar con sus investigaciones en medicina y así fue durante todos esos meses. Heather sentía esa soledad, rara vez él estaba ahí para ella, claro que las veces que estaba eran solo peleas y más peleas. Todo fue tan repentino para Heather, una joven que apenas vivia su vida, que por decisiones e influencias optó por tomar ese rumbo y tarde o temprano ella se daría cuenta de con quien se había metido.

— Escucha Daryl yo -

— YA CALLATE, EN VEZ DE DARME ESTÚPIDAS EXCUSAS SOLO HUBIERAS HECHO LO QUE TE DIJE — Gritaba Daryl, él tenía una voz muy fuerte y obvio intimidaba a cualquiera, más a una joven y débil Heather.

— No no, no son excusas en serio, fue mi culpa voy a arreglarlo — Decía con miedo a recibir cierto castigo.

La discusión había empezado solo por el simple hecho de que Heather olvido lavar el uniforme de su novio, provocando que llegara tarde al trabajo, cosas tan simples como esas lograban enfadar tanto a un hombre tan trastornado como Daryl.

— ¿Arreglar que? Ya lo que paso paso y es por tu maldita culpa — Su voz bajó su volumen pero no quería decir que no seguía molesto, Heather estaba de rodillas como si suplicara de que no le hiciera algo, a pesar de que el nunca la golpeó el abuso estaba ahí, dañandola verbal y emocionalmente, él se inclinó y después se acercó a su oído — Acaso quieres que esto termine, tu sabes que yo soy el unico que esta para ti, el único que te querra como eres y como estas — Eso último refiriéndose a sus cicatrices, un golpe bajo para ella — Entiendes... — Ella calló por varios segundos — ¿ENTIENDES?

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora