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La mañana había sido más calmada de lo usual.

Mantener la paz en la casa era complicado teniendo en cuenta la manera en cómo sobrevivian los Hewitt. A pesar del estado débil de Heather la familia continuó con sus actividades delictivas, privando de la vida a cualquier pasajero que tocara su territorio, después de todo era su único método para conseguir comida sin salir tanto tiempo del pueblo.

Luda Mae se encontraba en la cocina esperando a que el agua en la tetera hirviera, el aroma de un té de hierbas podría ser un buen relajante para la joven Heather. La anciana se aseguro de poner a calentar otra cantidad de agua caliente para que Thomas pudiera limpiar a Heather, él se quedaba en su habitación cuidandola dia y noche, solo salía cuando necesitaba ayudar a la familia cazando la nueva presa pero la mayor parte del tiempo la pasaba vigilando atentamente a aquella joven ojiazul. Su dedicación era tal que no le importaba en lo absoluto dormir en una silla por 3 horas, ni siquiera comía cómo se debía, tomaba la comida y volvía a la habitación a continuar con su trabajo.

— Thomas!! Ya está el agua, ven por ella!! — Hablo en voz alta.

Los pesados pasos del grandulón sonaron por las astilladas escaleras de la residencia, Thomas llegó rápidamente y agradeció con un beso en la cabeza de su madre.

— Ten cuidado — Se despidió mientras veía a su hijo desaparecer nuevamente.

La preocupación en Luda era innegable; aun así, le alegraba la dedicación de su hijo hacia su nuera, nunca lo había visto preocupándose por otra persona de tal manera.

Thomas por su lado caminaba algo cansado directo a la habitación de Heather, entra y lo primero que encuentra es a la figura femenina de cabellos cortos levantándose bruscamente de su cama. No lo creía, después de varios días Heather finalmente despertó. Preocupado, Thomas deja el agua y corre a auxiliarla tomándola de las manos para acostarla de nuevo pues Daryl especificó estrictamente que ella no podía levantarse por su cuenta. La alegría de Thomas era tal que lo inundaron las ganas de abrazarla fuertemente, por varias razones tuvo que aguantar dicho deseo y sólo pudo regresar a su amada a la cama. La expresión de Heather fue de cansancio absoluto junto a su confusión, ella veía a Thomas con tranquilidad mientras obedecía a su petición. Heather a duras penas recordaba lo que sucedió, varias imágenes llegaban a su cabeza pero no lograban hacer sentido al amontonarse todas entre sí, lo único que Heather recordaba a detalle fue ese sonido estruendoso junto a un dolor inhumano que la hizo desmayar varias veces.

— ¿Qué sucede? — Su voz era susurrante y débil — ¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo estuve dormida? — Lanzó las primeras preguntas que llegaron a su mente confundida. — Lo único que recuerdo fue — Mientras buscaba respuesta a sus preguntas, un cálido beso calló sus palabras a la vez de calmar sus nervios, los labios de Thomas cubiertos por el cuero desgastado de su máscara se posaron en los de la chica suavemente.

Heather conocía su intención a aquella acción, Thomas la reconfortaba dándole a saber que todo era mejor ahora que ella despertó, todos podrían finalmente estar en paz. Alrededor de 30 segundos más, ambos se separaron exhalando un aliento cálido, Heather miraba con sus ojos cristalinos la expresión de su pareja feliz pero agotada, ella se preguntaba desde cuando no dormía. Mientras buscaba la forma de responderle, una acción por parte de Heather la dejó helada.

— Ya todo está bien... Heather — Fueron las primeras palabras escuchadas por Heather, después de casi un año Thomas habló con ella.

— Oh por dios — Heather describe su voz con un tono grave que quedaba impregnado cautivando los oídos de cualquier joven, una voz grave con dificultad para expresar ciertos tonos producto al tiempo que no hablo. — Si hablas — Respondió incrédula y soltando una risa de alegría, mil millones de emociones florecían en su corazón gracias a lo sucedido.

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora