Escenarios

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A solo unos cuantos episodios restantes para el final de esta historia, quisiera preparar al público compartiendo escenarios y escenas eliminadas, son parte del canon pero no afectan considerablemente en la trama de la historia.

La rutina de Thomas

Para ser un miembro de la familia eficaz es necesario tener una rutina, conocer sus tareas y realizarlas sin ninguna queja. La mayoría de los Hewitt ya son consideradas personas mayores que difícilmente pueden mantener un dia tan pesado como el que maneja Thomas, es por eso que él se convierte en el encargado de cada deber a realizar tales como lavar ropa, barrer la casa, limpiar los muebles, cargar las cosechas o lo que quedaba del débil huerto y por último por supuesto encargarse de traer la comida a la casa.

Todas las tareas eran propiedad de Thomas hasta la llegada de Heather, ella conocía su papel ahora como rehén y tenía que lograr ganar la confianza de tan loca familia. Al principio fue difícil por las duras palizas que le propinaba Hoyt y Monty cuando encontraban alguna sospecha en la joven

El tiempo pasó rápido y el abrupto cambio en la relación de ambos jóvenes generó nuevas experiencias en Thomas, ahora él no se sentía solo en su mundo y no cargaba con tanto peso tanto físico como emocional. Heather se encargó de dar atención y apoyar a Thomas como pudiera o al menos hasta encontrar alguna salida.

Esa mañana especialmente fue demasiado acalorada, Thomas cargó el pesado cuerpo de un hombre robusto y lo tiró con todas sus fuerzas al sótano, era raro para él pero en ese mismo instante no estaba de humor como para ponerse a despellejar al tipo ahí mismo. Parecía no admitirlo pero en ese momento anhelaba un segundo de descanso y sentarse a tomar agua de perdida.

Luda Mae, la tan apreciada madre de Thomas y monarca de la familia estaba trabajando en la tienda así que no pudo estar presente para apoyar a su amado hijo, sin embargo Heather actuó por ella.

— ¿Te encuentras bien? Te veo acalorado — Heather apareció detrás de su pareja asustandolo, su sigilo y habilidad de aparecer de un lugar a otro en completo silencio tomó desprevenido a Thomas. — Wow tranquilo no fue mi intención, te vi en el sillón cosa que casi nunca haces y me preocupó, ¿Quieres agua? te traje un poco.

La mirada de Thomas se dirigió a ella, parecía no comprender el gesto de Heather pero su sed lo obliga a aceptar. Heather miro atenta mientras se recostaba a su lado.

— Monty está descansando, parece estar algo malhumorado por el calor. — La actividad común entre ambos consistía siempre en un monólogo extenso de Heather para intentar entretener al hombre. Incluso cuando hubo pocas veces en la cual Thomas decidió soltar alguna oración, no tenía aún el valor ni la intención de mantener una conversación ni siquiera con Heather.

Los minutos pasaron y el calor disminuyó lo suficiente para que ambos regresaran a sus trabajos, Thomas noto esto y sin dar aviso se levantó del sillón y caminó directo.

— Thomas espera — La joven rápidamente se dirigió al hombre deteniéndose con un suave toque en su brazo. — Por qué no mejor tomas un baño y te ayudo a terminar esto en la noche cuando haya menos calor. — Su propuesta lo dejó pensando, Thomas no quería dejar sus obligaciones de lado para después ser regañado por su madre. — ¿Qué opinas? — Él finalmente respiró hondo y suspiro, se dio la vuelta y tomó el brazo de Heather dirigiéndose al baño.

Subían las escaleras a un ritmo acelerado, Heather intentaba seguirle el paso mientras un grado de emoción cubría su corazón. Al llegar al cuarto de baño ambos se quedaron mirando.

— Déjame llenar la tina y traer lo que se necesita. — Con una risa nerviosa, Heather abre la llave y camina hacia otro cuarto trayendo varios artículos de aseo personal que fueron robados de sus antiguas víctimas. — Me hace sentir culpable usar esto sabiendo de quienes pertenecían — Susurraba Heather. — Bueno grandulón quieres desvestirte o lo hago yo por ti? — La voz pícara de Heather dejó estupefacto al hombre, sus ojos completamente abiertos lo delató. — Dejame tomar eso como un si.

Las pequeñas manos de Heather pasaron suavemente por las desgastadas ropas del hombre, su piel temblaba mientras el agua fría llenaba la tina. Mientras ella retiraba su camisa, Thomas retrocedía mientras miraba a la joven con deseo.

— Me alegra que puedas tener la confianza para verte así nuevamente. — retiró por completo su ropa dejando al descubierto su cuerpo desnudo, lo primero que ella logró notar eran sus marcas y cicatrices producto de una infancia llena de autolesiones. Heather miraba con curiosidad dichas marcas, ella sabía lo que esas cicatrices lo hacían sentir. — Bueno metete, déjame quitarte esa suciedad que tienes en el pelo.

Thomas obedecía cual niño pequeño entrando a la tina sin soltar la mano de Heather, ella comenzó a enjuagar su cabello con cuidado mientras Thomas miraba a la pared quieto y callado. Pasaron los minutos suficiente como para que Heather considerara que era tiempo de retirarse, antes de levantarse para ir a la sala Thomas tomó su mano rápidamente y la acercó a él.

— ¿Quieres que te acompañe? — Él asintió con pena y ella rió nerviosa. — Vamos, no creo que quedemos los dos en esa bañera ni siquiera estoy tan. — Sus excusas fueron calladas por un fuerte agarre que la tiró directo al agua, ella gritó al sentir la helada agua rozar su piel. — Que haces ni siquiera me quite la ropa — Heather río mientras regañaba de forma bromista a su pareja, este intentaba quitarle la camisa para que no tuviera ningún problema al respecto.

Ambos jugueteaban por un rato, ella retiró sus ropas para no sentir el incómodo toque de la ropa mojada. Thomas observó el abdomen de su pareja y veía detenidamente las marcas y cicatrices. Incluso cuando no era la primera vez que lo hacía Heather tapaba su rostro que se enrojecía poco a poco.

— Basta no seas así me sonrojo — Rio Heather mientras veía a Thomas pasando sus manos por su abdomen, tocando dichas marcas con suavidad.

Incluso con lo doloroso que era entre ellos saber el enorme vínculo que tienen mediantes sus marcas y cicatrices, ambos encontraron la manera de conectarse cada vez más pasando anécdotas y viendo lo que dichas marcas ahora significan para ellos. La ducha continuó varios minutos hasta que ambos decidieron que sería mejor seguir con la plática en un cuarto.

Sin duda un momento más que los distraía del tan perverso y destructivo mundo en el que viven.

Get Out Alive | Thomas HewittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora