El príncipe de hielo│JeffBarcode

Capítulo 09.

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"Estar cerca de ti"

Para Barcode esa última semana fue la peor que pudo haber vivido en ese reino, tuvo que soportar como Damarina se apegaba a Jeff sin ningún tipo de respeto por él, se suponía que estaban comprometidos, pero parecía que no les importaba, muchas veces trato de hablar con él para decirle lo que estaba sintiendo, reclamar su comportamiento, pero cuando lo intentaba ella aparecía para quitarle la poca atención que le dedicaba y eso cuando Jeff quería hacerlo.

—¿No me dijiste que lo odiabas?

—Sí, y lo sigo sintiendo.

—¿Entonces por qué te enoja que esté con Damarina? Han sido amigos desde pequeños, la verdad para nadie en este reino es extraño.

En ese momento se encontraba sentado en el comer que había en la cocina compartiendo algunas golosinas junto a Build mientras desahogaba sus sentimientos, pero era difícil expresarlo, estaba convencido del odio que tenía hacia Jeff, de lo mucho que le encantaría cancelar su matrimonio y regresar a su reino, quedarse con Ta para siempre olvidándose de toda esa estupidez.

Pero cuando menos lo pensaba su corazón se sentía intranquilo, al ver a Jeff junto a Damarina sentía que la sangre subía hasta su cabeza llenándolo de ira, pensar que ellos podrían tener algo en cualquier momento hacía que su pecho estuviera a punto de romperse, que toda su mente se llenara de dolor imaginando que en realidad Jeff ya nunca más lo amaría.

Ni él se entendía, porque cómo Apo le dijo hace algunos días, se suponía que lo odiaba y si tenía una aventura con Damarina sería la mejor manera de terminar su compromiso, pero no quería. Simplemente no quería que nadie más se acercara a su prometido.

—Es complicado, no lo entiendo, no quiero que siga cerca de Jeff, pero no hace caso.

—Vuelve a intentarlo, tal vez si le dices la verdad comience a darte más atención.

Barcode había tenido el tiempo suficiente para pensar en todo lo que había pasado desde que llego a Winterfell tenía la necesidad de cambiar las cosas, de ver como las hadas disfrutaban de su compañía mientras le contaban algunas anécdotas que han tenido a lo largo de los años. Ese lugar era mágico, se sentía feliz estando allí, pero cuando llegaba con él un odio indescriptible llegaba a su pecho.

Cómo si en realidad le hubiera hecho tanto daño como para querer lastimarlo a cada segundo incluso muchas veces llego a sentir que esa actitud no era propia de su voluntad, pero tampoco podía evitarlo y aunque se arrepentía después, era demasiado orgulloso como para pedir disculpas, prefería que las cosas continuaran como hasta ahora. Pero ya no le estaba gustando.

—¿Interrumpo?

Esa voz que tan inaguantable era para sus oídos, entro hasta la cocina mostrando una sonrisa siendo correspondida de inmediato por todos los sirvientes. Habían cumplido su orden y después de la recepción nadie había vuelto a decirle princesa, la trataban por su nombre lo cual era mucho más satisfactorio para Barcode, pero aun así seguía teniéndole molestia a su presencia.

—Vaya, hasta que dejaste solo a mi prometido — respondió con ironía tomando un poco de vino.

—No, no estaba con él. Por eso venía a preguntar si sabían donde estaba, pero por lo visto no.

—¿Qué? ¿Acaso no vives pegada de él todos los malditos días? ¿Justo ahora no sabes dónde está?

El nivel de ironía que el chico cargaba en su voz muchas veces era bastante fastidioso para los demás, no soportaban la actitud que tenía para tratar a las personas que se acercaban a su prometido porque no era solo la presencia de Damarina, si no de todas las jóvenes doncellas que se interesaron por el príncipe y lo hacían blanco de sus galanteos, aunque sabían que estaba comprometido no dejaban de regalarle detalles o cartas y eso era mucho más grave o al menos para él.