La fiesta más aburrida, la rebeldía de no saber quedarse quieto, la actitud más estricta de sus padres.
Eso es lo que llevó a un joven a tener la mejor follada de su vida arrinconado en un sucio y oscuro callejón.
Pero lo peor de ello no es que no s...
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⦖𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟≼
Después de tantas decisiones atropelladas aquí me encuentro en un callejón con un hombre que no conozco ni siquiera recuerdo si le pregunte su nombre, besándolo como si no existiera un mañana, dejando que toque mi cuerpo que solo MoonBin me había tocado, sintiendo su erección a través del pantalón y deseando sentirlo dentro de mí...
᭄जी 𝔸𝕝 𝕃í𝕞𝕚𝕥𝕖࿐
Todo empezó este mediodía en la boda de mi prima Rose y esas señoras con sus típicas preguntas malintencionadas.
¿Dónde está MoonBin?
¿Para cuándo tu boda?
¿Qué esperas a tener hijos?
La mayoría ya sabía que hacía un año que MoonBin y yo rompimos, cuando vienen las dichosas explicaciones siempre contestan con la infortunada frase “se te va a pasar el arroz” ¿Perdona? Con tan solo 22 años aún me queda mucha vida por delante y tengo arroz para muchas paellas.
—Jimin cambia esa cara que estamos en la boda de tu prima —refunfuña mi madre cada dos por tres.
En serio porque amo a esta mujer, pero consigue sacarme de quicio, parece que yo nunca hiciese nada bien, siempre tiene una crítica que hacerme, cualquiera dudaría de que soy su hijo. Y como un buen chico que soy llevo todo el día con una sonrisa más falsa que una moneda de tres dólares con la cara de Peppa Pig. Ya me duele la mandíbula de la exagerada mueca de mis labios, tan solo para alegrarle el día a mi progenitora y aun así no creo que sea feliz.
La parte divertida del festejo es cuando en el salón nos quedamos la gente más joven, aunque aún quedan algunas personas de más edad pero con ganas de más fiesta.
Como ese hombre de tez bronceada, cabello largo con rulos rebeldes y negro como la noche, esos hermoso y curiosos ojos negros que hacen que te pierdas en esas profundas galaxias y una nariz que hace ver su rostro más masculino y atractivo y con el cual tropiezo derramando encima de él todo el contenido de mi copa consiguiendo empapar gran parte de su hasta ahora impoluta camisa blanca sin corbata con dos botones sin desabrochar y que trae debajo de un elegante traje de tres piezas en color negro.
—Lo siento —me disculpo, intentando limpiarlo con una servilleta pero lo único que consigo es esparcirlo aún más.
—No te preocupes ya se secara —manifiesta con voz ronca y sexy agarrando mi mano intentando parar mi frenético y desacertado intento de secar mi estropicio.
Ese toque aunque minúsculo es, es tan electrizante que causa que pare en el instante y mirar por primera vez su rostro. “Esta muy bien para ser un puretilla” pienso examinándolo de arriba abajo, porque podrá estar entre sus 45 no sé los quita nadie y vaya que no, debajo de ese traje se le definen claramente que debe estar musculoso.
