~ Tócame | "kookmin„

[16] Primera herida.

Toda pérdida es una pérdida, todo hijo es un hijo...

¿Es posible redimensionar el amor?

Seguramente la respuesta para muchas personas es que no.

Siendo así, es imposible comparar o medir el dolor.

Haber perdido a un hijo aún en el vientre no significa que el sufrimiento es menor que de una madre o padre que lo pudo tomar en sus brazos.

En la pérdida gestacional y neonatal muchos creen que no hay motivo para luto, como si el dolor pudiera ser medido por el tiempo de convivencia con su hijo, omiso las fantasías y lazos establecidos.

"¿Por qué sufrir por alguien que apenas conociste o no llegaste a conocer?"

Dicen aquellos que nunca han vivido el dolor abrumador de perder a un hijo.

Ellos no entienden que desde el principio siempre hubo amor.

Así que si hay amor, es inevitable que exista el dolor.

EL dolor de perder a un hijo no se compara; no tiene tamaño y no es condicionada por la edad.

Toda pérdida es una pérdida, todo hijo es un hijo."

- Anónimo-

Jimin

El sol brillaba en un cielo despejado de nubes, si cerraba los ojos, las ganas inmensas de llorar volvían a mi pecho haciendo que mis ojos comenzaran a picar y humedecerse. Todo había sucedido tan rápido, tan efímeramente.

Sentí el abrazo cálido sujetarme, haciendo que sollozara otra vez sin poder abrir los ojos, sumergiéndome otra vez al dolor que sentía emocionalmente.

Jungkook estaba a mi lado, siendo esa fortaleza que necesitaba. Sabía que estaba tan roto como yo, pero aún así cuando yo me culpaba por lo sucedido, el me mostraba cariño, amor, comprensión y constantemente me repetía que yo no tenía la culpa.

Y lo sabía, yo más que nadie lo sabía.

Pero yo simplemente pensaba en lo mucho que ese bebé habría traído a nuestras vidas. En el como mi vientre crecería, prepararía una cuna, ropa y todo lo que necesitaría para cuidarla o cuidarlo. Sin embargo, nada de eso ya sería posible. Mi bebé ya no crecía en mí.

Estaba muerto.

Y dolía, dolía mucho mirar el cielo ahora que era un ángel. Pues aún sin siquiera saberlo me sentía vacío.

No quería ver a nadie más, solo a Jungkook. Aún cuando mis padres quisieron verme, los eché de mi habitación. Lo mismo sucedió con mis suegros.

A pesar de haberlos echado, sabía que la noticia no era de su desagrado. Era bastante claro, nuestra sangre jamás debía mezclarse y mi bebé solo habría sido un problema para ellos.

— Vamos a cenar ¿Vale? — dijo en un susurro, mientras secaba mis mejillas con sus manos.— Te preparé un delicioso teokbokki.

— Perdóname...

— Jimin, cariño... No tienes que pedir perdón ¿Lo entiendes? — dió un beso en mi frente para volver a abrazarme.— Yo te amo, siempre los amaré... Ahora tienes que comer para recuperar fuerzas...