~ Tócame | "kookmin„

[18] Sueño

Matrimonio, una palabra solamente, pero que une a dos personas durante un periodo de tiempo.

Los apellidos Jeon y Park se unirían en un acta matrimonial finalmente. Decir que había felicidad absoluta en ambas familias era mentira, pero ahí estaban.

Todos vestían elegantemente trajes y vestidos despampanantes de diseñadores, finalmente eran familias prestigiosas.

Jimin y Jungkook estaban muy nerviosos, no solo por su matrimonio. También por los votos que tenían que hacer. El maquillaje colocado en Jimin fue retocado más de dos veces, debido a que una que otra lágrima traicionera por el ataque de pánico.

Últimamente se sentía más sensible, las sospechas de un posible embarazo estaban, pero eso lo había deducido hace unos días. Después de la boda lo sabría, pues era inevitable sentir que los miedos volvían. No quería hacerse falsas ilusiones como en meses pasados.

Por supuesto, todas las pruebas caseras resultaban negativas, causando mucha frustración en Jimin, aunque su anterior bebé no era planificado, fue deseado aún después de haberlo perdido. Y por ello decidió dejar de pensar en ello, era lo mejor.

Había platicado del tema con Jungkook, sobre el formar una familia, sobre todo porque un bebé sería una responsabilidad para ambos, algo para lo que tenían que estar concientes y comprometidos los dos, y la respuesta fue un emocionado sí, acompañado de una ola de besos, cariños y mimos.

Parecía que lo tomaron como una tarea, pues Jungkook prácticamente se esforzó mucho, rogando por el cambio de su turno de trabajo para disponer de más tiempo junto a su casi esposo. No lo logró en el primer intento, pero se encargó de charlar con su colega el doctor Wong, intentándolo convencer.

Cuando lo logró, no hubo día que faltará el sexo entre ambos. Especialmente en los días fértiles de Jimin, dónde no tenían un descanso.

Y eso nos trae de vuelta a aquel día, pues si Jimin tenía las emociones a flor de piel, Jungkook tenía los malestares más terribles del mundo. Los mareos, ascos, náuseas y vómitos estaban bastante presentes.

Incluso tuvo que ser ligeramente maquillado con un poco de rubor, dado a su palidez.

Pero en medio de todas esas sensaciones de malestar, Jungkook estaba bastante feliz por finalmente unir su vida a la del amor de su vida.

Cuando llegó el momento y estuvo frente al altar en espera de Jimin sus piernas le temblaron, y cuando lo vio al fondo del pasillo vestido de blanco su rostro se iluminó.

Sobre todo por lo hermoso que se veía su hermoso novio en esa tela traslúcida sobre su dorso, con un pequeño cinto adornando su cintura lleno de brillantes, sujetando el talle de tiro alto del pantalón.

En ambos ya se encontraba esa sonrisa, dónde en las comisuras de sus ojos unas pequeñas lágrimas amenazaban en pronto ser deslizadas sobre sus mejillas.

El primero en derramarlas fue Jimin, que sollozaba envuelto en todos esos sentimientos encontrados, por ver a Jungkook tan guapo al final para su encuentro, sentirse tan feliz en ese día, sintiendo angustia de notar que estaba lejos de él, que necesitaba ya sostener sus manos y recibir un cálido abrazo.

Las lágrimas ya estaban presentes en ambos, pero a diferencia de meses atrás estás eran de felicidad.

- Estamos llorando...

- Lo sé...

Tomó la mano de Jimin cuando el señor Park la tendió hacia él.

- Te estoy entregando el regalo que me dió está vida, síguelo amando como ya lo haces, no lo lastimes y si con el tiempo tu amor se acaba, no dudes en entregármelo otra vez porque mi amor de padre, ese jamás se acabará.