Lana
Hablar con mis papás sobre mi pequeña mudanza por unos tres meses me costó bastante. Evite contarles el tema de que golpee el auto lujoso de un hombre arrogante que ahora me quería obligar a hacer sus responsabilidades, pero en fin.
Salí de mi casa y me senté a esperar que Tom llegara. Alex había estado evitándome desde el día en que me dejo en la mitad del camino, si no hubiese sido por él, esta maravillosa idea de vivir con un desconocido, no hubiera ocurrido para nada.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no me percate de que alguien había salido de mi casa, el idiota de Alex, por dios. Su mano en mi hombro me sobresaltó.
— Pensé que irías sola —se sentó a mi lado exactamente de la misma manera que yo lo estaba. Sobre el cordón de la calle, con mis brazos abrazando mis rodillas y mi cabeza sobre ellas. Negué levantando un poco mi cabeza, evite el contacto visual— ¿Alguien viene por ti o necesitas que te lleve?
¿LLEVARME? No hermano, eso sí que no. No quiero que Alex se entere de mi pequeña mentira sobre vivir sola.
Me exalte un poco con su pregunta y automáticamente conteste con un 'NO' algo exagerado y los movimientos de mis manos fueron algo bruscos. Alex me miro confundido por mi reacción y solo respondió un 'esta bien', pero con algo de desconfianza.
— ¿Debo preocuparme por algo? —preguntó intrigante, casi que le digo todo mi problema con Tom, pero antes de hablar el sonido de la bocina me interrumpió, haciendo que los dos volteemos al auto de donde provenía el sonido.
— Estoy bien, mi amigo me lleva —me levanté de donde estaba, tomé el bolso donde tenía mis pertenencias y abrace a mi hermano— Te escribo para desayunar la próxima semana —deje un beso en su mejilla y me di media vuelta para subir al auto de este idiota, que nunca bajo la ventana.
Entré lo más sería posible, sin mirarlo a la cara y deje el bolso en la parte de atrás. Volví a mirar adelante y en vez de dirigirle la palabra, solo me queda callada y mis ojos se fueron a la ventana, iba a evitar charlar con ese hombre la mayor del tiempo posible.
— ¿No piensas saludar? —preguntó imponente, quería que arrancara el maldito auto y nos fuéramos antes de que mi hermano se acerque a preguntar alguna cosa. Volví a mirarlo sin cambiar mi expresión de seriedad.
— Hola —fue la única palabra que dije y volví a mirar a la ventana. Tom bufó y sin decir nada, arranco el auto, por fin había perdido de vista a Alex.
— Apenas llegues, dejaras las cosas en la habitación y vas a prepararnos el desayuno —soltó una risa juntó con un suspiró, esto me sonaba a desastre. ¿Por que? Porque no se nada de cocina, mi mamá era la que me preparaba todo, como una pequeña niña mimada que no puede hacer nada por su cuenta.
— ¿Quieres huevo duro? —pregunté divertida, en verdad era la única estupidez que sabia hacer por si sola. Una mirada fugaz fulminante fue lo que Tom me dio, en que problemas estoy metida mami.
Después de recorrer, casi, toda la ciudad, llegamos a un edificio con bastantes pisos. Estaciono el auto en la parte baja de este y salimos al mismo tiempo. Abrí la puerta de atrás para tomar mi bolso, pero Tom se me adelantó, cerré la puerta con poca fuerza y lo seguí al elevador, él toco el botón con el numeró 14 –genial, podré tirarme del piso catorce si este idiota me saca de quicio–, antes de que las puertas de este se cierren, una voz masculina nos distrajo a los dos.
— Tu si que eres un galán Tom —dijo el chico cuyo cabello era castaño oscuro, ojos azul claro, tenía un tatuaje en el cuello con una frase que no pude leer por lo por lo pequeña que era la letra. Traía una gorra de lana blanca, un chaleco negro de cuero, una remera blanca y un pantalón cargo color beige y unas zapatillas nike blancas. Parecía que en este edificio viva la gente de dinero. Tom lo miró con cara de pocos amigos y le saco el dedo del medio con una sonrisa un tanto falsa, el castaño solo soltó una carcajada y las puertas del elevador se cerraron.
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¡𝘔𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘢𝘳𝘳𝘰𝘨𝘢𝘯𝘵𝘦! ;Tom Kaulitz.
Fanfic𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 ⇢ 𝗟𝗮𝗻𝗮 𝘎𝘰𝘭𝘦𝘢 𝘦𝘭 𝘢𝘶𝘵𝘰 𝘭𝘶𝘫𝘰𝘴𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘦𝘮𝘢𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘦𝘹𝘺. ⇢ 𝗧𝗼𝗺 𝘈𝘭 𝘷𝘦𝘳𝘭𝘢, 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢 𝘧𝘭𝘦𝘤𝘩𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘭 𝘤𝘢𝘳𝘢𝘵𝘦𝘳 𝘺 𝘴𝘶 𝘵𝘦𝘳𝘲𝘶...