Lana.
Estaba enojada, si. Pero eso no era lo que quería preguntar, no era eso lo que quería que saliera de mi boca. Me preocupé cuando volteo y simplemente me ignoro, como si lo que dije le hubiera afectado, me sentí mal de abrir mi gran boca y decir las cosas sin pensar. Desvíe mis ojos un poco para seguirlo con la mirada, pero pegué un salto cuando cerró de un portazo, ¿Mi pregunta le había molestado? ¿Por qué? ¿No era él el que iba a traer a Blanca para follársela? ¿En que le afectaba si yo hacía lo mismo con Andrew?
Estaba estática, parada en el medio de la sala, con mi espalda recargada en la pared. ¿Hice mal en ir al departamento de Andy?. Lleve uno de mis dedos a mi boca, y empece a morder de esta, el estrés de no saber que carajos le pasa, me esta comiendo la cabeza. ¿Será que lo que Bill me dijo esa vez era verdad? ¿Sentirá algo por mi? No me quiero hacer la cabeza y después salir lastimada, se supone que los hombres no iban a ser una distracción para mi. Estoy finalizando mi carrera como diseñadora de moda, tengo un "trabajo" con mi hermano, salgo con mis amigos cuando tengo tiempo ¿Y un hombre para que? Puedo solo salir y besarme con el que sea, pero no es lo que quiero tampoco.
Estos dos meses con Kaulitz fueron una jodida distracción, pero no me arrepiento de vivir con él, porque me gusta, me gusta pasar tiempo con él, aun que a veces tengamos nuestras discusiones y desacuerdos, me di cuenta de que me siento atraída por él. No. Atraída es un mal ejemplo, me siento como una colegiala enamorada, como una maldita nena de secundaria atrás de un idiota que solo le pidió ayuda en el examen. Si, estoy enamorada de Tom. Por eso los celos, las miradas, los roces.
Suspiré, dejando salir una larga exhalación. Tenía que disculparme, no se si mis palabras le molestaron, pero tengo que hablar con él, porque este dolor de cabeza de tanto pensar, me va a matar.
Caminé dando pasos lentos y cortos, pensando que podía salir de su boca si me disculpaba, pensando que carajos voy a decirle porque no tengo idea. Mis ojos estaban puestos en el suelo, mirando como mis pies daban un paso tras otra, hasta que quede parada frente a la puerta de su habitación. Levanté la mando, decidida a tocar sin pensar, pero me detuve porque se oyeron sus pasos acercarse a esta, me estaba por alejar, pero la perilla de la puerta bajo con lentitud, dándome poco tiempo a moverme.
La puerta se abrió, dejándome ver a Tom con su semblante serio, sus ojos tenían ese brillo extraño que siempre tiene cuando lo encuentro observándome. Apreté mis labios con fuerza, no tenía las palabras bien formuladas en mi cabeza para decirlas. Noté como me miraba de arriba a bajo, pero antes de que pudiera hablar, paso por mi costado, esquivándome, justamente como lo había hecho unos minutos antes de entrar a la habitación. Paso por al lado de la mesa, tomando la caja de cigarrillos y un encendedor, y caminó hasta la puerta que daba a la salida del balcón. Antes de abrir de esta, vi como trago saliva, giró a verme y levantó su mano en el aire, haciéndome señas para que lo acompañe.
Sin pensarlo dos veces, corrí tras Tom. Antes de salir, suspiré rendida, no puedo creer que estoy corriendo atrás de un hombre como perro atrás de su dueño. Exacto, ahí esta el ejemplo que buscaba, Tom es mi maldita perdición, porque ningún hombres antes me había hecho ir tras él.
Abrí la puerta y la cerré detrás de mi, el frio hizo que se me ponga la piel de gallina, por suerte tenía una capera grande, pero mis piernas estaban descubiertas, haciendo que todo el frío llegue a estas. Tom estaba dandole una larga calada a su cigarrillo, mirando a un costado, aproveche a llevar mis ojos por todo su rostro, encontrando que una de mis debilidades, es su metal plateado en su labio inferior, sus ojos cafés también. Me senté sobre la silla a su lado, guiando mis ojos hacía otro lado para no ser tan obvia.
Mirar las estrellas y la luna en invierno, es una de mis cosas favoritas. Siento que se ven más brillantes y relucientes. Mi pierna izquierda se movía de arriba a bajo, demostrando que estaba nerviosa, pero es como un maldito tic que suele aparecer cuando me siento de esa manera. Mis ojos estaban puestos en el cielo, tratando de buscar la manera de hablarle al pelinegro de trenzas a mi lado. Sentía su mirada en mi, giré mi cabeza con levedad, encontrándome con el brillo de sus ojos, estaba viendo los míos.
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¡𝘔𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘢𝘳𝘳𝘰𝘨𝘢𝘯𝘵𝘦! ;Tom Kaulitz.
Fanfic𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 ⇢ 𝗟𝗮𝗻𝗮 𝘎𝘰𝘭𝘦𝘢 𝘦𝘭 𝘢𝘶𝘵𝘰 𝘭𝘶𝘫𝘰𝘴𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘦𝘮𝘢𝘥𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘦𝘹𝘺. ⇢ 𝗧𝗼𝗺 𝘈𝘭 𝘷𝘦𝘳𝘭𝘢, 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢 𝘧𝘭𝘦𝘤𝘩𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘭 𝘤𝘢𝘳𝘢𝘵𝘦𝘳 𝘺 𝘴𝘶 𝘵𝘦𝘳𝘲𝘶...