Capítulo 31

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Habían pasado dos semanas desde la cita entre Harper y Steve, nadie sabía que había ocurrido en aquella salida, ni siquiera Robin, pero era evidente la cercanía entre los dos adolescentes, a Turner se le veía sonriente y sin querer dejó de almorzar con el Hellfire club, a ellos no les molestaba eso, por el contrario, les agradaba.

Por otro lado el señor Marcus había regresado de su viaje de trabajo, por suerte su llegada se dio en horas de la mañana, hubiera sido extraño encontrar a Hopper en la casa como si viviera allí. Aunque el jefe de policía quería hablar con él no lo hizo, sabía que eso era meter en problemas a Harper, así que decidió investigar por su cuenta y de manera discreta hasta dar con el paradero del individuo que seguía a la pelinegra, algo en su interior le decía que tal vez no era una mala persona, pero de igual manera no se confiaba del todo.

Una nueva semana iniciaba y con ello el regreso de Eddie a la preparatoria, ya estaba mejor y habían retirado el hilo de los puntos quirúrgicos. Wayne lo acompañó a la cita y salió victorioso del consultorio médico al ganar la apuesta que tenía con su sobrino, si el castaño gritaba al momento de sacar el hilo de su cuerpo él debía hacer el aseo del remolque durante quince días, pero por el contrario, si era fuerte y no emitía ningún sonido de molestia o dolor entonces su tío tendría que acompañarlo a ver una película de terror, Eddie sabía lo tenso que se ponía Wayne y cuánto odiaba el suspenso, es por eso que el mayor no ingresaba a menudo al cuarto del castaño, le asustaba un poco algunos de sus posters en la pared, pero para fortuna de él su sobrino había pegado el grito de su vida apenas el doctor jaló el hilo y lo sacó de un solo tirón.

El metalero estaba emocionado por regresar a la preparatoria, claramente no era por las clases sino porque estaba aburrido de estar encerrado en el remolque sin hacer nada y también por el sentimiento de culpa y arrepentimiento que tenía. Harper no fue a visitarlo después de la estupidez que había cometido diciéndole que Chrissy cuidaría de él. Extrañaba a la pelinegra y le dolía que durante todos esos días ella no hubiera ido a verlo, pero también sabía que era su culpa y no podía quejarse de ello. Cada noche se asomaba por la ventana con la esperanza de ver llegar a Turner al parque de remolques pero eso nunca pasó y los celos se apoderaban de su mente al recordar que la chica había tenido una cita con su amigo o tal vez varias y le mortificaba pensar que esa fuera la verdadera razón por la que no regresó.

Durante los largos e interminables días de incapacidad Eddie recordaba repetitivamente esa noche donde había dejado dos tiernos besos en los labios de la pelinegra, sonreía de solo imaginar cómo sería un beso más apasionado con la de los ojos azules pero todo ello se esfumaba cuando su mente empezaba a jugar con él y traicionaba su fantasía mostrándole esa misma imagen de la pelinegra en compañía de Steve. La tristeza lo consumía, Munson ya daba por hecho de que Harper tenía una relación amorosa con su amigo y no sabía cómo iba a reaccionar al verla tomada de la mano de Harrington apenas regresara a clases, era doloroso para el castaño pensar en eso pero decía que debía aceptar la realidad tal y como era.

Al ingresar a las instalaciones fue directo a buscar a Harper que de seguro estaría en su casillero. Cuando estaba a punto de llegar sintió como alguien tomó su mano, y giró su cabeza encontrándose con el rostro de Chrissy quien no tardó en aferrarse a su cuello para dejar un apasionado beso, no le importo en absoluto que la vieran en brazos de Munson, porque todos sabían que ellos estaban saliendo.

Al separarse Eddie pudo respirar, sentía que se estaba asfixiando pero no podía negar que ese gesto lo había sorprendido y de paso le había gustado. Miró los grandes ojos de la porrista quien sonreía de una forma extraña, no era la típica sonrisa dulce e inocente de Chrissy, por el contrario era maliciosa y pícara. El castaño notó que había desviado su mirada y como si algo lo impulsara a mirar giró un poco su cabeza pero la imagen no fue la mejor.

Thunder | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora