Thunder | Eddie Munson

Capítulo 24

-Entonces...¿te gusta el friki Munson?

-como si eso importara

-No lo puedo creer -su tono era de sorpresa- ¡Harper Turner está enamorada!

-no te burles, soy una idiota por fijarme en alguien que solo tiene ojos para una chica... y no lo culpo, Chrissy es linda

-si pero tu eres más hermosa así lo niegues

-me siento tan estúpida -suspiró con pesadez- parezco un mapache, no pude ni dormir por estar pensando en que ayude a lanzar a Chrissy a la cama de Eddie

-¿los imaginaste cogiendo? -preguntó con picardía- eres una sucia Harp... ¿Quién lo diría?

-vete a la mierda

-si, si como digas.. yo también te quiero

-no los imaginé, ¡que asco! -aclaró- Pero es obvio que cogieron

-no te atormentes con esas cosas, eres muy joven para sufrir por un chico

-lo sé, por eso creo que debería tomar distancia ¿no lo crees?

-por mi está bien, no te cierres a conocer nuevas personas, Munson no es el único chico que tiene un pito

-¡Cállate! -dijo con vergüenza- mejor hablamos luego ¿si?

-esta bien, cuídate..

-tu también, y por favor no me olvides, sabes que amo hablar contigo.

Harper colgó la llamada y se quedó pensando un rato en sus sentimientos por Eddie, no tenía caso ilusionarse con alguien que ya tenía su media naranja. De igual manera se sentía triste, tenía ojeras por la mala noche que pasó, pensando en que tal vez fue un error ayudar al castaño a conquistar a la animadora, estaba celosa pero no podía decir nada, no podía reclamar, Munson solo era su amigo.

Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar el abrazo que en la mañana le había dado, pero esa misma se borró cuando recordó como Chrissy se aferró al cuello del castaño dejando besos por todo su rostro.

Se arropó con sus cobijas y se acomodó en posición fetal, se aferraba a esa vieja almohada y lloraba en silencio, aunque estaba sola y podía hacer todo el ruido del mundo no podía, se acostumbró a llorar de la manera más silenciosa para que su padre no la escuchara, y ahora se le hacía difícil sacar el llanto con fuerza.

Había despertado algo feliz, soñó con unas manos, no veía el rostro de aquella persona pero no necesitaba verlo para saber qué se trataba de Eddie. Fue un sueño lindo, por lo menos para Harper, quien estaba acostumbrada a tener pesadillas. Esas manos la tomaban, la abrazaban y eran las encargadas de hacerle cariños en su cabeza, era lindo soñar con las caricias de Eddie, lejos de ser sexual o pervertido, era solo mimos de amor.

Se bajó del bus y no vió por ningún lado a Eddie, se estaba empezando a hacer la idea en que lo mejor era tomar distancia, al fin y al cabo su trabajo estaba más que hecho, el castaño había conseguido enamorar a Chrissy, así que no tenía más excusa para seguir en una amistad que según ella no tenía futuro. No de la manera que ella deseaba.

Las primeras horas de clase transcurrieron con normalidad, lo único extraño para Harper era que el metalero no había asistido a ninguna de ellas, y por el contrario su novia si estaba. Todo parecía indicar que Eddie tenía cosas más importantes que hacer a estar prestando atención a las aburridas clases de la preparatoria.

Harper sabía que Munson si había asistido, pues su furgoneta estaba en el estacionamiento pero por más que miraba a los lados y en los pasillos, no lo vio.