Thunder | Eddie Munson

Capítulo 49

-¿en serio no puedes pasar navidad con nosotros?

-le prometí a mi abuela que estaría con ella y así podría conocer a más personas de la familia

-¿porque te emociona tanto? -ladeó la cabeza- pensé que nosotros éramos tu familia

-nunca he dicho que no lo sean, solo quiero compartir esta fecha con las personas que me devolvieron a la vida

-y... ¿Cuándo regresas?

-estaré aquí para año nuevo, a menos que..

-¡ni lo digas! -se apresuró a tapar con su mano la boca la pelinegra- aquí te espero, pero debes prometer que me vas a llamar todos los días

-¿no se supone que debería ser al revés? -se cruzo de brazos-

-no, porque yo no soy quien está dejando al amor de su vida en estas fechas tan importantes -¿amor de su vida? pensó Turner- y espero traigas un regalo

Tomar distancia después de los últimos días no había sido fácil, tanto Eddie como Harper se extrañaban a más no poder, pero tan solo serían siete días, sin embargo el castaño no imaginaba que Turner se tomaría en serio eso de llevarle un regalo.

Navidad nunca había sido tan especial para la pelinegra, por lo general su padre la dejaba sola o en el mejor de los casos se quedaba con ella pero en un estado de embriaguez que hacía insoportable su presencia. Ahora todo era distinto, Harper fue bien recibida por los miembros de su familia y descubrió cuánto le gustaba decorar la casa con adornos y luces, cuanto le emocionaba abrir regalos y entendió que toda su vida lo único que necesitaba era un par de personas que la hicieran sentir que no necesitaba nada más que el amor incondicional de una familia.

Al regresar a Hawkins todo parecía igual, a excepción de una cosa, su casa. Esa casa que la albergó durante toda su vida estaba a punto de ser abandonada, la pelinegra no tenía intenciones de quedarse a vivir en ella y temía que Eddie se disgustara, por suerte su tío Luke la acompañaba.

-¿te gustó?

-¿que sí me gustó? -enarcó una ceja- ¡Me encanto! ¡Es perfecto! -Harper le había regalado un poster de Metallica con los autógrafos de cada integrante y una corta dedicatoria para Eddie- ¡¿Pero..?! ¡¿cómo es qué...?!

-dicen por ahí que un mago nunca revela sus secretos

-¡Tiene mi nombre! ¡Tiene mi maldito nombre! -se pasó la mano por el pelo, no lo podía creer- ¡Nena, esto tiene mi nombre!.. ¡Gracias! -le repetía dando múltiples besos en todo el rostro de la pelinegra- ¡no me lo creo!

-me alegra que te haya gustado

-más de lo que puedas imaginar

-Eddie...hay algo de lo que quisiéramos hablar contigo

-¿Quisiéramos?

-si, Luke y yo

-¿tu tío? -se tensó- ¿de qué?

-ven, nos está esperando

Harper tomó la mano de Eddie para ir al remolque, allí estaban Wayne y Luke hablando sobre la vida y como había pasado navidad cada uno a su manera. El ambiente era ameno, pero Brown sabía que esos momentos de paz y armonía se podían venir abajo con lo que estaban a punto de escuchar, a menos de que pasara todo lo contrario, aunque Harper le había asegurado que todo iba a salir bien.

-hasta que por fin llegan -chasqueó la lengua con una mirada coqueta- ¿Qué tanto hacían?

-¡Luke!

-esta bien -rodó los ojos- ya me callo

-Harper dijo que necesitaban hablar de algo conmigo -dijo temeroso-