Capítulo 59

616 37 24
                                    

⚠️Capítulo largo⚠️

Como si el tiempo se hubiera paralizado, así lo sintió Harper al momento de recibir la llamada por parte de su tío Luke que le informaba sobre el terrible suceso. El camino fue corto pero la pelinegra sintió como si hubiera pasado una eternidad antes de llegar al hospital y encontrar a los dos hombres que más amaba en estado crítico.

Las horas pasaban y no había un dictamen positivo ni de Billy y mucho menos de Eddie. Tan grave había sido el choque que ninguno de los dos parecían estar dispuestos a recuperarse, era como si cada segundo que pasaba se estuvieran rindiendo.

-¿Porque no fui con ellos? -se lamentaba la pelinegra- ¿Por qué no me subí a ese auto?

-Harper, un accidente lo tiene cualquiera

-Es mi culpa -balbuceó restando importancia a las palabras de su tío- antes de salir les dije que sí estaban seguros de que no se iban a matar antes de llegar y mira...

-Mi niña, no es tu culpa

-¡Claro que lo es!

-Estoy seguro que lo dijiste en broma

-Pero se hizo realidad, no debí jugar con las palabras

-Harper..

-¡No quiero tu compasión!

-Mírame -pidió extendiendo su mano hacia el mentón de Turner- no tienes la culpa de lo que pasó, ¿okey?

-No quiero que mueran -sollozó en un intentó de regular su respiración- no podría vivir si alguno me falta

-Todo va a estar bien, dales tiempo -la abrazó con fuerza- son unos chicos fuertes, ya veras que pronto tendremos buenas noticias.

Harper se culpaba a cada segundo por no acompañarlos al partido, ella era un chica que poco le gustaban los deportes pero disfrutaba ver a Eddie emocionarse por un grupo de chicos que corrían con un balón en sus manos. Pensaba en como estaría ahora si tan solo hubieran llegado al estadio, tal vez tendría una amplia sonrisa y posiblemente estaría un poco ebrio.

Darle la noticia a Wayne no fue fácil, no sabia como decirle que su muchacho estaba entre la vida y la muerte. Que posiblemente tendría que retirarse de los escenarios por un largo tiempo debido a sus fracturas en los brazos y lo peor de todo, era que no se sabía si volvería a caminar aunque los médicos decían que sí.

Hacerse cargo de las llamadas fue una tarea difícil para Turner, no solo tuvo que darle la mala noticia a su querido Wayne; también tenía que hacerlo con las Mayfield.

Busco las palabras apropiadas para decirles que Billy estaba en estado crítico, no tanto como Eddie, pero aun así no despertaba y el parte médico dictaba un traumatismo en su cabeza. Después de aquella llamada en la que Max soltó un desgarrador llanto recordó como Hargrove pasó de ser un chico con problemas de ira a ser un hermano que se preocupaba y cuidaba de la pequeña "Madmax".

Verlo golpeado y llorando porque su padre lo hacía sentir insuficiente fue el inicio de la amistad más bonita, sincera y extraña que había podido tener Harper. Recordó la primera vez que ayudó a sanar sus heridas mientras él descansaba plácidamente en la cama de la pelinegra; encontrarlo con sangre en su rostro era el pan de cada día para Turner. Aquellos días en donde Hargrove la buscaba con desespero porque quería alejarse del maltrato de su padre se convirtieron en la excusa perfecta para entablar conversaciones hasta altas horas de la noche. Para conocerse mejor y hasta para ser el refugio uno del otro cuando casualmente sus progenitores desquitaban su rabia con seres que no tenían la culpa de problemas ajenos.

Acariciando el dorso de la mano del rubio, Harper se desmoronó en un llanto incontrolable que salía desde lo más profundo de su alma; ella no lloraba tanto por verlo así, sino por todas las veces en las que Billy le permitió llorar como niña pequeña en su pecho mientras se desahogaba porque el señor Marcus la había golpeado sin sentido alguno; lloraba porque durante muchas noches fue ella quien le recordaba que siempre podía volver a empezar y ser ese chico bueno que tanto temía dejar ver en la escuela; lloraba porque le dolía saber que la vida de Hargrove y la de ella se parecían, con la diferencia que él sí tuvo la valentía de denunciar a su padre con ayuda de Susan y Max dejando como resultado un Neil Hargrove tras la rejas, divorciado y alejado por completo de esas dos mujeres que poco a poco se habían convertido en su familia.

Thunder | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora