¿Y si el Rey Carlos III y la difunta Lady Diana tuvieran tres hijos en vez de dos?.
Con la salida de Harry y Megan de la familia real británica, el escándalo no hace más que asomar el palacio de Buckingham.
¿Y si el rey Carlos usará un arma esco...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me acerco a paso lento hacia las escaleras del museo de arte de Londres y empiezo a buscar a Nicholas con la mirada.
El lugar estaba apenas transitado de gente, que en su mayoría salían del museo. Doy una vuelta entera despacio en mi lugar buscando su figura, pero no sé ve por ningún lado.
Lo veo caminar relajado hacia la entra y para nada se parece al Nicholas que conocí antes. No llevaba un traje que le quedaba a la perfección, ni un chaleco a juego que debería ser ilegal que use. En cambio, vestía de pantalones jean desgastados, una remera blanca con una campera de encima.
-Vaya te ves preciosa, Georgiana- dice mirándome de arriba a abajo una vez que estamos frente a frente.
No puedo evitar sentir mi cara arder por su manera de saludar. Aparto mi rostro hacia el costado.
Casa pequeño movimiento o palabra que decía ponía mi cuerpo en tensión.
Me había esmerado en arreglarme un poquito más que de costumbre. La mayor parte del tiempo visto de negro, por el trabajo y rara vez uno un vestido que no era de gala. Hoy era la excepción, y parece que la falda escocesa y la polera beige no le habían pasado desapercibido.
-Gracias- respondo tratando de sonar normal -Tú te ves como.... Como un humano normal.
"¿No tenías algo más ingenioso?".
Nicholas sonríe y ese simple gesto despierta en mi una ola de emoción imparable.
-Muy graciosa- responde.
Alzo las cejas y me muerdo el labio avergonzada.
-Llegas tarde -agrego.
-No llegué tarde - niega con su cabeza -un príncipe nunca lo hace.... Los demás llegan antes.
La sonrisa es una arma de doble filo de la que debería cuidarme.
-De acuerdo, principe Thermopolis - digo riendo -pero ahora puedes ser alguien normal - apunto a nuestro alrededor -Y el reloj dice que llegaste tarde.
Nicholas me mira en silencio con con una sonrisa de diversión.
-Esta bien, me gusta tú plan - dice y se acerca despacio a mi, quedando bastante por encima de mi visión, así que tengo que alzar la vista para verlo al rostro. Siento como sus ojos azules a través de sus lentes me hipnotizan, mientras él se inclina un poco hacia mí. Mi corazón comienza a latir más rápido, y me siento abrumada por la proximidad de su cuerpo - ¿Y bien? ¿Cuál es tu plan?.
