— ¿Cómo lo tomaste? —le pregunté a Gerardo.
— ¿Tomarme qué?
— Lo de Gabriel y yo.
— Pues... normal —me dijo y me miró extrañado, con la misma expresión seria de siempre.
Tal vez fui obsesivo, tal vez pensé mucho más de lo que debí haberlo hecho, pero buscaba respuestas, y tenía que conseguirlas. Después del día en que hablé del tema con Paula, quise saber qué pensaban los demás. Ella asumió directamente que era gay, aunque yo no, y cabía la posibilidad de que los demás también tuvieran esa idea. Sabía que hacer esa pregunta de la nada sería raro, lo que no noté fue que las que de verdad hice también lo era.
— ¿Normal cómo?
— Normal, Abel. ¿Qué más quieres que diga?
— ¿Lo sabías?
— Lo intuí. —Se rio—. Te conozco tanto como a mí. Y cuando vi cómo hablaban juntos... Además, no eres nada discreto.
— ¡Sí lo soy!
Se levantó de su silla y fue a dejar su tazón de cereal vacío al fregadero. Luego regresó y se sentó frente a mí.
— Eres mi hermano —dijo—. Yo sé cosas de ti que ni tú mismo sabes.
— ¿Y tú apoyas a mi mamá?
— ¿En qué? ¿Dices de cuando dijeron que sabían que pasaría, pero no con él? Bueno, no tengo que repetir que sé mucho de ti.
— ¿Desde cuándo?
— Probablemente desde siempre —ladeó la cabeza—. Por eso me parecieron raras todas las veces que me hablaste de Valentina y el sexo.
— Pero sí me gustaba ella.
— Y no digo que no sea así —ladeó al otro lado—. Pero tal vez era confusión.
— ¿Estás pensando que soy gay? —Me miró—. No lo soy.
— Bueno —dijo—. Eso no es de mi incumbencia, hermano. Imagino que tú sabes lo que quieres y también quién eres. Yo te quiero como sea.
— Gracias.
Se fue del comedor.
Y efectivamente todos lo pensaban.
— Nos vemos!
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Mírame Como Te Miro
RomanceAbel no esperaba que Gabriel se convirtiera en alguien tan importante en su vida, mucho menos porque no se imaginaba que se enamoraría de él del modo en que lo hizo. Los sentimientos de Gabriel fueron notorios, y por eso decidieron comenzar una rela...