37. APRENDIZAJE

1 0 0
                                    

El jueves siguiente a la noche de la cena, nos reunimos todos juntos, primero llegó Paula a mi casa para ir a la de Gabriel, ahí estaban sus papás y su hermano, y todos ellos decían que se morían por conocernos al resto de nosotros. Al principio comimos todos en la mesa, y después de platicar durante un rato terminamos divididos en dos grupos: Mis papás con los de Gabriel y Antonio con nosotros cuatro.

Paula no paraba de mirar a Antonio, todos nos dimos cuenta de que ella quedó encantada con él, y creí que podría decir lo mismo de él hacia ella. Antonio se parece mucho a Gabriel, sólo que se le nota que él es menor, además de ser más delgado; nos cayó muy bien a todos, tiene un gran sentido del humor y es del estilo extrovertido, aunque al mismo tiempo se puede comportar lo suficientemente serio para no desagradarle a Gerardo.

Cuando la reunión finalizó, la familia de Gabriel se despidió de nosotros porque probablemente no nos verían de nuevo ya que se irían el sábado siguiente. Antonio y Paula se dijeron varias despedidas antes de finalmente alejarse uno del otro. Por la noche, Paula me contó que ya habían hablado por más de dos horas en WhatsApp, además de que ya se seguían en Instagram.

A pesar de lo que se dijo en la reunión, Gabriel nos llamó para despedir a su familia ese sábado en su última hora en Guadalajara antes de que se subieran a su taxi. Ellos se comportaron muy bien con nosotros, y dijeron que nos extrañarían mucho desde donde su casa, luego hicieron la promesa de tratar de venir aquí en navidad, o hacer que Gabriel fuera con ellos. Paula y Antonio hablaron solos durante un rato, y no los vi durante las despedidas, sino hasta un par de minutos antes de que todos ellos subieran al taxi.

***

Me siento afortunado de haber pasado mis días contigo, he estado pensando en lo lejanos que me parecen, aunque no haya transcurrido tanto tiempo desde la última vez en que nos vimos. ¿Qué ha pasado contigo? Sólo sé muy poco por lo que me pueden contar. ¿Qué ha pasado conmigo? Sólo he podido escribir esto tratando de saber quién realmente soy. Me encantaría poder contarte todas estas cosas, pero aún están siendo escritas y estoy esperanzado en que no rechaces leerlas.

Espero que recuerdes que anteriormente te hablé sobre que el amor también se trata de aprender, y quiero hablarte de un día muy específico en que los dos demostramos que esto es posible. Me pediste que fuera a tu casa porque me tenías algo preparado; me recibiste para llevarme a tu sofá y platicamos un rato. Antes de todo lo demás, sobre cómo te sentías ahora viviendo solo:

— Al principio te cuesta acostumbrarte; pero siempre es grato saber que vives de tu esfuerzo.

Te veías cansado, pero te veías contento, esa es la misma dualidad que siempre vuelve misteriosa a tu mirada, adornada por las ojeras que se habían resaltado en los últimos días sin llegar a ser exageradas. Sin embargo, era más palpable ese sentimiento positivo que emanabas al hablar sobre tu trabajo.

— ¿Eso te molesta?

— ¡No! —fue la respuesta—. Al contrario. Estoy feliz por mí y ellos también.

Platicamos sobre su trabajo durante un rato. Se notaba realmente feliz en él, pero también hablaba como si lo odiarse. Supongo que es normal cansarte de tu trabajo de vez en cuando; Gabriel expresaba bien esa sensación, porque le gustaba lo que hacía, pero también hablaba maravillas de eso. Muchas veces pensé que la frase "Trabaja en lo que te gusta, y nunca tendrás que trabajar" es falsa, porque, por mucho que te guste lo que haces, tanto él como yo, sabíamos que podía ser tan pesado como grato.

— ¿Y? —pregunté—. ¿Qué querías enseñarme?

Me pidió que esperara un momento con un movimiento de su mano, subió las escaleras y después de poco tiempo volvió a bajar con algo oculto detrás de su espalda.

Mírame Como Te MiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora