29. FINALES

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No siempre se completaba el semestre cuando debía, usualmente terminaba algunos días, o incluso un par de semanas antes de lo previsto, y ese semestre sería claramente uno de ellos.

Gabriel dijo que podía ayudarnos a estudiar haciéndome preguntas y todo eso, así que, Paula, él y yo, estábamos en mi cuarto con todos los libros afuera. Estudiábamos algo de biología, teníamos un examen para el día siguiente y valía un cuarenta por ciento de la calificación.

— Entonces las etapas son pro, meta, ana, telo —dijo Paula— y todas acaban con fase, ¿verdad?

— Creo que hay interface por ahí —le dije.

— Nunca voy a aprendérmelo —dejo su libro en el suelo—. ¿No había sólo cuatro?

— El libro menciona cinco —dijo Gabriel leyéndolo—. Aquí está la interface, la primera —señaló en el párrafo.

— Me voy a salir de la escuela —dijo Paula—. Me voy a volver Youtuber y viviré de mi cara.

— Tampoco es tan fácil ser Youtuber —le dijo Gabriel—. ¿Has visto a los que se quedan con doce suscriptores?

— Yo ya no tengo ganas de graduarme.

— Anímate, Paula —dije—. Ya sólo es éste último examen, después vacaciones.

— Ni siquiera estuve tan presionada por mi examen de admisión —se quejó—. Y es mil veces más importante.

Me quité los lentes un momento. Tallé mis ojos y me dejé caer.

— Ya sé —respondí—. Yo tampoco, y creo que me fue muy bien.

— ¿Quieren que ya dejemos de hacerlo por un rato? —preguntó Gabriel—. Podemos descansar y luego fingir que olvidamos que estábamos estudiando y dejamos de hacerlo por el resto de la tarde.

— Eres el mejor, Gabriel —le respondió Paula.

Gabriel propuso que fuéramos al cuarto de Gerardo porque ellos también estaban trabajando en algo para sus finales, y dijo que nos interesaría verlo.

— Tengo que editar ésta escena —dijo mi hermano—. La debo entregar mañana.

— Creí que la ya las habías acabado —le respondió Gabriel.

— No. —Lo miró con frustración—. El director decidió que debía grabar veinte veces la misma escena y debo rescatar lo que pueda.

— ¿De qué están hablando? —pregunté.

— Para finales —explicó mi hermano— debemos entregar un vídeo de al menos veinte minutos, pero el director aquí presente —señaló a Gabriel— quiso que la escena fuera perfecta y tenemos demasiados clips de ella.

— Era una escena importante —levantó su dedo—. No podía sólo hacerla a lo tonto.

— Pero nos retrasaste a todos.

— No sabía que estaban grabando —dijo Paula—. ¿Por qué lo hacen en partes? ¿Por qué no lo editan ya completo?

— Nuestro profesor nos pidió hacerlo así —explicó Gerardo— dijo que quería ver el avance antes del entregarlo.

— Te puedo llevar a la siguiente grabación —me dijo Gabriel.

— ¿En serio? —pregunté yo emocionado.

— ¿En serio? —preguntó mi hermano con expresión molesta.

— Abel se quedará callado y no interrumpirá o estorbará —dijo Gabriel. Yo levanté las manos prometiéndolo.

Mírame Como Te MiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora