Acompañemos a Natsuki Takami en toda la aventura que implica estar en la Academia U.A, un lugar donde va a experimentar tristezas, alegrías, diversión, dolor, y muchas otras cosas. Pero, sin duda alguna una de las experiencias más significativas ser...
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"SEGUNDA RONDA"
LA JOVEN DE CABELLOS AZULES MIRABA CON NERVIOS A TODOS, sin embargo Kirishima le tomó del brazo y juntos empezaron a caminar hacia Bakugō, quien estaba siendo rodeado por muchos de sus compañeros de clase.
—¡Forma equipo con nosotros dos! —espetó Kirishima acercándose al rubio, quien se giró a mirar a sus dos nuevos amigos.
Claro que, él no iba a admitir que los consideraba sus amigos.
—Peinado extraño, ave azul —espetó el rubio ceniza mirando a los dos.
—¡Kirishima y Takami! ¡Aprende los nombres de una vez! ¡Y nuestros peinados son muy parecidos! —le reclamó el pelirrojo—. ¿Tú serás el jinete, cierto? ¿Quién será tu caballo frontal, capaz de soportar tus explosiones?
—Alguien con agallas.
—¡Te equivocas, pero estás en lo cierto! ¡Yo, con mi endurecimiento, seré un caballo que nunca flaquea!
—Puedo contrarrestar los ataques de Todoroki derritiendo el hielo —habló Natsuki con rapidez, sorprendida de no tartamudear —. Y puedo cubrirlos de posibles ataques, además de tener una fuerza sobrehumana.
El de cabellos rubios sabía que no podía desaprovechar una oportunidad como esa, después de todo, el pelirrojo y la peliazul no parecían querer el primer lugar, así que les dejó estar en su equipo.
La otra persona elegida fue Sero, quien luego de mucha insistencia pudo ser parte del equipo.
Al empezar la cuenta regresiva, la menor no pudo evitar colocarse más nerviosa, y cuando la batalla inició, respiró profundamente para intentar dar lo mejor de ella. Después de todo, su hermano y su tía la estaban observando, y ella quería que ellos se sintieran orgullosos de ella.
Todos empezaron a ir contra Midoriya, quien hacía lo posible por escapar, sin embargo cuando el rubio ceniza con sus explosiones voló hacia el equipo que estaba en el aire, se preocupó pues él tenía la cinta en la cabeza.
Sero fue quien le rescató. Jaló al chico con un pedazo de cinta y terminó cayendo en brazos de la peliazul, quien le sonrió nerviosamente.
Y entonces le quitaron la cinta al de cabellos rubios, sorprendiendo a todos.
—La clase A es muy simplona —espetó otro chico rubio, solo que este tenía los ojos azules y el cabello rubio un poco más claro.
—La cinta —susurró la peliazul nerviosa.
—¿Qué dijiste, bastardo? ¡Devuélvela! ¡Te mataré!
El de cabellos rubios entonces empezó a ofender al otro rubio, y de pasó también ofendió al pelirrojo, provocando la furia de Bakugō.