𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘

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HÉROES: RISING

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HÉROES: RISING

La de cabellos azules volaba por todo el cielo buscando si había algún peligro o si alguien necesitaba ayuda.

Agradecía su vista mejorada, gracias a eso podía observar mucho mejor la situación que ocurría en tierra.

Por eso mismo cuando observó al pequeño llorar en brazos de Sato, fue hacia ellos.

Los dos le observaron, el niño al observar a la bonita peliazul se sonrojó. Ella le sonrió levemente, calmando así por completo al menor.

Natsuki había hecho un cambio a su casco luego del rescate de Eri, había notado (para su sorpresa) que los niños la querían.

Por eso el casco había sido diseñado para poder desplegarse y guardarse, la peliazul lo desplegaba siempre que volaba, eso ayudaba a proteger sus rostro de todo sucio en el aire.

—Yo lo llevaré hasta la orilla, Sugarman —espetó ella con una sonrisa amable, su compañero asintió.

La chica entonces cargó al menor, quien de inmediato se emocionó por estar volando en los aires.

Ella dió piruetas y básicamente hizo que el niño disfrutara e intentara olvidarse de la situación anterior.

—La próxima vez no vayas tan lejos de la orilla, es muy peligroso si no sabes nadar ¿De acuerdo?

El menor asintió repetidas veces con una sonrisa, ella le sonrió levemente y presionó el botón con el que su casco se desplegaba.

—Ten un lindo día.

—¡Igual Falcon!

Ella continuó volando sin darse cuenta del chico que la había visto. Shōto esperaba tener la oportunidad de acorralarla y hablar seriamente con ella.

Desde que había ocurrido ese beso, Natsuki había estado evitándolo, y a propósito, eso Shōto lo había notado.

Estaba molesto con ella por eso, sin embargo, debía también mantener una seria charla con ella.

Durante el resto del día estuvo ayudando a los demás, no tenía problema alguno en ello, sin embargo, terminó bastante cansada.

En la tarde estaba reunida con todos sus compañeros, estaba sentada al lado de Bakugō, quien honestamente no había hecho nada en todo el día.

—Pero aquí hay alguien que no ha hecho nada desde que llegamos —espetó Mineta señalando al rubio.

Natsuki se rió levemente ante la cara de su mejor amigo, quien no tardó en defenderse.

—¡Me quedé en la oficina! ¿Que harían si aparece algún villano mientras están afuera?

—No hay villanos en esta isla.

—Nunca cantes victoria antes de tiempo —murmuró la peliazul siendo escuchada por Bakugō.

Los dos eran quienes más atentos estaban en este lugar, podían llamarlos paranoicos, pero tenían sus razones para desconfiar.

𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐎𝐍𝐆 || 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐎 𝐓𝐎𝐃𝐎𝐑𝐎𝐊𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora