YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada]

CAPÍTULO ESPECIAL

|27th T O G E T H E R|

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NOTA DE LA AUTORA:

Ya que hace un par de días fue el cumpleaños de Tom, decidí escribir este capítulo especial en su honor. Además de que Megan también cumple junto con él :)

Este capítulo abarcará en un tiempo donde ya son adultos. No es parte de la historia.
Posible +18

¡Disfrútenlo!

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Megan Ross:

Un pequeño rayo de la luz del sol que se había colado en mi ventana hizo que me despertará. Pero mi cuerpo deseaba estar unos minutos más entre las cobijas.

Giré tratando de ocultar mi rostro entre las almohadas y seguir durmiendo.

Pero lamentablemente no fue así.
El peso de la única persona que esta junto a mí me hace quejarme en cuanto sus manos me toman del rostro para luego llenarme de besos en toda la cara.

— Solo unos minutos más, Tom... — pido, adormilada. Removiendo me para acomodarme mejor.

— Oh, no, hoy no. — niega mi petición.— Es nuestro cumpleaños, cariño. — añadió, con una voz cantarina.

Abro los ojos de golpe.
Lo había olvidado.
Hoy cumplíamos 27.

— Ay, mierda... — maldigo.— ¿Cómo lo pude olvidar? — me regañó al no haber planeado nada.

Una pequeña risa se escuchó de parte de Tom.
Le miro mal.

— No es divertido, Thomas.— gruñí, indignada al haber olvidado nuestro día especial.

Alzó las manos en son de paz y me miró con cierta diversión.

— Muy bien. Ven aquí... — me tendió las manos y aún enredada entre las cobijas me senté en medio de la cama.

Escondió un pequeño mechón rebelde detrás de mi oreja y le miré con cierta tristeza.

— Dios, por que lo olvidé... — murmuré, dejando caer mi cabeza en su pecho.

Otra pequeña risita se escuchó de su parte y sus brazos me tomaron de los hombros para verme mejor. Pero mantuve mi rostro cabizbajo regañándome mentalmente por haber olvidado nuestro gran día.

Una de sus manos me tomó con delicadeza del mentón, para hacer que le mirará. Una pequeña sonrisa estaba dibujada en su rostro sin preocupación alguna. Llenándome de tranquilidad también.

— Megan, tranquila... — dice, con calidez.— Ya veremos que hacer para celebrar. — añadió, con tranquilidad.— Por ahora disfrutemos de nuestra compañía, ¿bien? — me ánima, con otra pequeña sonrisa.

Sonreí débilmente y asentí.— Bien.

Sus ojos se iluminaron, para después plantar un pequeño beso en mis labios.
Mis brazos viajaron a su cuello acercando lo un poco más e intensificando nuestro pequeño beso.