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| B I R T H |

17 años atrás...

Marie Ross:

Y ahí estaba.
En la clínica un primero de junio.

Me sentía feliz por traer a un ser pequeño al mundo. Y no podía esperar a conocerla.

Nikki, mi mejor amiga, desde los 7 años. Conocimos a nuestros esposos en la Universidad.

Y con ello, nuestras bodas fueron una fiesta en grande para las dos.

Y en cuanto paso un año, ambas ya nos encontrábamos embarazadas con tan sólo unas semanas.

Y ahora, aquí estamos.
Una junto a la otra con un tiempo de diferencia.

Ambas en medio del parto, hasta que finalmente pude escuchar el llanto de su bebé.

Cuando finalmente escuché el otro llanto.

Mi hermosa bebé.

La enfermera se aseguró de que estuviera bien.

Cuando me la entregó en mis brazos por primera vez.

Era tan pequeña y tan hermosa.

Joseph, mi esposo, no pudo evitar sacar pequeñas lágrimas al verla.
Estaba tan feliz como yo.

Y hablarle con ese tono suave y dulce, no se hizo esperar.

— Hola, Megan... — susurró, acariciando su cabezita con delicadeza.

Mi pequeña bebé se removió un poco.

— Sabes, tú madre y yo, anhelamos mucho tú llegada, cariño — añadió, dulcemente.

Una pequeña sonrisa se formó en su pequeño rostro mientras abría los ojos lentamente.

Los más lindos ojos esmeraldas que pudo haber heredado de su padre.

Y sin duda, no pude evitar soltar las lágrimas otra vez.

— Hola, Megan... — susurré, con una pequeña sonrisa.

Eso pareció hacerla reír un poco. Y con ello, un hermoso remolino de emociones me lleno de alegría.

Su pequeña voz, era tan tierna.

Cuando la puerta de la habitación se abrió de nuevo, frente a nosotros.

Nikki junto a Dominic, entraron felices con su bebé siguiéndoles por detrás de la camilla.

Estaba igual de agotada que yo. Pero sabíamos que valía la pena estar despiertas.

— ¿Cómo te sientes, Nikki? — pregunté, amablemente a mi amiga.

Una gran sonrisa se dibujo en su rostro.

— Algo cansada, ¿y tú? — respondió, devolviendo la pregunta.

Sonreí débilmente, mientras miraba a mi pequeña.

— Igual de cansada pero... — la miré.— aquí están — señalé, a los pequeños.

Nikki sonrió aún más, mientras cerraba los ojos con pesar.

— Aquí están — murmuró, asintiendo.

Y al poco tiempo, mi pequeña tuvo que ir a su cuna.
Pues bien, mi cansancio era más grande y descansar era necesario después de una largo trabajó de parto.

Sabía que Joseph la cuidaría mientras dormía.

Y cuando finalmente todo esté bien, podamos ir a casa.

[Editado: 11/10/2021]

YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora