YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada]

YOU AND ME

|E P I L O G U E|

Meses después...

Megan Ross:

Me había sido difícil asimilar que parte de mi vida había pasado muy rápido.

Me miraba en el espejo sin poder creer que estaba por graduarme de mi último año de preparatoria.
Ni siquiera me reconocía en lo absoluto y había sido un año algo interesante y dramático.

Solté un suspiró, mientras me ponía la larga toga azul encima de mi vestido de fiesta.

— ¡Se hace tarde! — exclamó, mi madre desde la planta baja de la casa.

— ¡Ya vamos! — respondió, Alice desde su habitación.

Para ambas había sido un tanto difícil acoplarnos a nuestra nueva vida conviviendo juntas.
Pero al final, resultó ser más divertido de lo que imaginabamos.

— ¡Megan! — me apresuró, mi madre.

Me di un último retoque en los labios y sonreí al verme lista.

— ¡Ya voy! — respondí, tomando mi móvil de mi cama para finalmente salir de mi habitación a pasos apresurados.

En cuanto bajé, mire a todos ahí.
Mi madre le arreglaba el birrete a Alice y Fred acomodaba a nuestro pequeño hermano en el portabebe, quien dormía tranquilamente.

— ¿Nos vamos? — inquirí, en cuanto vi a todos ocupados.

Mi madre y Alice fueron las primeras en verme y sonreír.

— Dios, mis pequeñas nenas... — murmuró, mi madre conmovida.

Fred nos miro a ambas y sonrió orgulloso.

— Antes de irnos necesitan una foto juntas. — se apresuró, Fred a decir.

Sabía que mi madre era demasiado sentimental.

Ambas sonreímos.

— Vamos, pónganse ahí. — señaló, el medio de la sala.

Alice fue la primera en acercarse mientras me abría los brazos para envolverme en un cálido abrazo.
Y cuando aquella mini sesión de fotos terminó, nos dirigimos al auto.

Me preguntaba si los chicos se encontraban en la escuela ya.

Y con los nervios carcomiendome, solté un suspiró.
Alice se había vuelto mi familia ahora. Así como, nuestro pequeño hermano, Dan. Del que ahora comparte ambas sangres.

Y mientras pasábamos por nuestro vecindario hacia la escuela, mis nervios aumentaban.
Alice tomó mi mano en cuanto me vio apretar la toga en mi pierna.
Y con una sonrisa en el rostro intentó tranquilizarme.

En cuanto el auto se detuvo, pude ver como cientos de familias y estudiantes entraban al edificio.
Muchos de ellos ni siquiera los conocía, pero me alegraba saber que al final encontré verdaderos amigos cerca de mi.

— Miren, Hazzy y Tommy están esperando por ustedes, chicas. — anunció, mi madre.

Ambas reaccionamos al instante para ver hacia la ventana.