XXIV

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|WE  WILL  GET  MARRIED!|

Megan Ross:

Había pasado al menos unas semanas después de nuestra salida.

Nos prometimos volver a salir algún día de nuevo, pero teniendo en cuenta que los exámenes de la escuela estaban por iniciar, ahora era necesario.

Mi madre, Alice y yo habíamos logrado pasar tiempo juntas durante nuestros días libres.

Al parecer mi madre quería que Alice se sintiera cómoda con ella. Por el hecho de que Fred pasará tanto tiempo con ella.

Y empezaba a sospechar lo que posiblemente más había esperado.
Pues en cuanto pudo, reunió a toda la familia Holland en casa.

Hizo la usual comida de los sábados pero está vez en un viernes y arregló la mesa que parecía un banquete de película.
Y se movía de un lado a otro por la cocina mientras preparaba la comida.

Nos había pedido que nos arreglaramos a todos, incluyendo a los Holland y esperamos a que llegase la hora.

Y en cuanto el timbre de casa sonó, mi madre no pudo estar más nerviosa.

— Tranquila, Marie. Sólo es una comida. — ánimo, Fred desde algún lugar de la casa junto a ella.

Me encargue de abrir la puerta por ella y sonreí al ver a todos los Holland.

— ¡Megan! — exclamó, la tía Nikki con una grande sonrisa.

— ¡Hola! — dije, abriéndole pasó a todos detrás de ella.

Saludo con un beso de mejilla, al igual que el tío Dom y después un cálido abrazo de los chicos mientras entraban.
Hasta que vi a Tom.

Le sonreí débilmente y deje que pasara con los demás. Y como era de esperar, Harrison venía detrás suyo.

Le mire con picardía. Era muy evidente que venía a ver a Alice.

— Está en la mesa, te ha apartado un lugar junto a ella. — dije, con una divertida sonrisa.

Sus mejillas se coloraron al instante, provocandome una pequeña risita mientras cerraba la puerta detrás suyo.

Me fui hacia la mesa con toda la familia y tome asiento al otro lado de Alice, donde ya estaba Tom a mi lado.

La mirada de la tía Nikki paseaba la mesa analizando absolutamente todo y sabía claramente que sucedía.

— ¿Y bien? ¿A qué debemos esta agradable reunión en un viernes y no un sábado como todo el tiempo? — preguntó, viendo a mi madre divertida.

Fred y mi madre compartieron una mirada mientras juntaban las manos sobre la mesa.

Y finalmente pude verlo.

Un hermoso anillo de diamantes pequeños y sumamente exquisito que le quedaba a la medida.

Mire a Alice.

— ¿Es hermoso, no? — susurró.

Asentí.

— Papá y yo fuimos a elegirlo hace unos días. — contó, a lo bajo.— Sabía que le quedaría perfecto.

— ¿Marie? — inquirió, Nikki.

Mi madre soltó un suspiro y asintió para sí misma para después reír de los nervios.

— ¡Dios, porque estoy nerviosa! — exclamó, al aire. Mientras se abanicaba con la mano.

— Muy bien, a la cuenta de tres lo dirás, ¿te parece? — opinó, el tío Dom ahora.

Mi madre asintió y miró a Fred de nuevo.

— Será mejor que empiece a grabar. — murmuró, Harry sacando su móvil de su bolsillo.

— Shh... ¡Harry! — replicó, Paddy de un lado.— Pones nerviosa a la tía Marie.

Reímos al escuchar su pequeña discusión.

— Bien, a la una... — empezó el conteo, el tío Dom.— A las dos... — mi madre rió.— ¡Y a las tres!

— ¡Nos vamos a casar! — chilló, finalmente mostrando el anillo a todos.

— ¡Oh, por Dios! — exclamó, Nikki a su lado.

— ¡Sorpresa! — hizo manos de jazz riendo de los nervios.

— ¡Ah, felicidades a los dos! — se levantó entusiasmada a envolverla en un abrazo.

Mire a Alice emocionada y la abrace.

— ¡Seremos hermanas! — celebré, en medio del abrazo feliz.

Todos se levantaron a felicitarlos, incluyendome y cuando finalmente pudimos comer tras el alboroto, Fred y mamá, se fueron con Dom y Nikki a pensar en los preparativos en el patio mientras nos manteníamos adentro.

— ¿Quieren jugar algún juego? — pregunté, dirigiendome a nuestra puerta favorita de juegos.

A los chicos se le iluminaron el rostro al instante.

— ¡Monopoly!

— ¡Uno!

Exclamaron al unísono.

Reí, negando.

— Siempre jugamos Monopoly, Harry. — reprendió, Paddy a su hermano mayor.

— Es cierto, juguemos Uno está vez. — apoyo, Sam a su hermano pequeño.

Mire a Harrison, Alice y Tom.

— ¿Ustedes que dicen? — pregunté.

— Digo que... me llevaré a Alice por un rato y la devolveré en unas horas. — respondió, Hazza viendo a mi futura hermana.

Todos en la sala le miraron expectantes, a excepción de Tom y yo. Sabíamos muy bien que sucedía entre esos dos.

El sonrojo de Alice era notorio mientras me miraba entusiasmada y nerviosa.

— ¿Aceptas, Alice? — preguntó, levantandose para tenderle la mano como todo un caballero.

Me cruce de brazos mientras los observaba desde la puerta y una sonrisa divertida se dibujaba en mi rostro.

— Aceptó — afirmó, tomando su mano.

— Ouh, ouh, ouh. Espera un momento... — los detuve.— antes, tienes que decirle a su padre, Harrison. — sonreí.

Alice me miró mal.

— Eso ya está arreglado, querida Megan. — respondió, con aires de superioridad. — Y ha accedido, a cambio de que la traega a casa antes de la media noche.

Alice le miró expectante.— ¿En verdad?

Harrison asintió con una sonrisa.— Sip. Así que, si estas lista nos vamos de una vez. — respondió.

Alice se levantó.— Iré por mi bolso. — anunció, subiendo las escaleras con rapidez.

Espere a que se fuera y le mire incrédula.
— ¿Lo dices en serio o estabas mintiendo? — inquirí, divertida alzando una ceja.

Harrison suspiró rendido.— Nop, mentí. Pero... Es ahí cuando me cobras el favor de la otra vez.

Su mirada se fue hacia Tom, quien había estado en silencio todo el rato mientras utilizaba su móvil.

Los chicos en el suelo, nos miraron confundidos.

Rode los ojos.— Ya voy a decirle a Fred. — me dirigí al patio al instante.— ¡Tomen el juego que quieran! — vocifere, antes de salir completamente.

Escuche los pasos apresurados de los chicos detrás mío y fue imposible no reír.

[Editado: 14/05/2022]

YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora