II

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| H O M E |

Marie Ross:

Después de varios días dentro del hospital.
Pude ir a casa junto a mi mejor amiga.

Conocí a su pequeño Thomas.
Y ella, a mi pequeña Megan.

Nuestros padres habían planeado la bienvenida, en cuanto salimos del hospital.

Y aunque era algo muy sencillo, pudimos pasarla bien con nuestros padres.

Todo eran tan hermoso.

Ambas estábamos felices y esperábamos que fuera así siempre.

Y en cuanto llegó la tarde.
La pequeña fiesta acabó.

Había sido un día agotador y que nuestros bebés conocieran a la familia fue lo más importante.

Nikki y Dom, se habían ido a su casa y yo, me encontraba arrullando a mi bebé en su habitación.

Era tan tranquila y sabía que dormiría hasta el amanecer.
O eso esperaba.

Cuando sentí los brazos de Joseph en mi cintura.

Sonreí.— ¿No es tan tierno verla dormir? — murmuré, sin poder dejar de ver a mi pequeña.

Una suave risa inundó la habitación.

— No cabe duda que es tan lindo — murmuró, dejando un pequeño beso en mi hombro.

Me acerque a su cuna, y la deposite suavemente dentro de ella, cuidando de no soltar su cabezita bruscamente.

Acaricié su mejilla delicadamente y sonreí de nuevo.

— Descansa, mi pequeña — susurré.

Joseph me abrazó por la espalda, mientras recargaba su cabeza en mi hombro.

Lo miré y plante un pequeño beso en su mejilla.

— Tiene tus ojos — le conté, sin dejar de verlo.

Una sonrisa se dibujo en su rostro, mientras volteaba a verme.

— ¿En serio? — exclamó, emocionado.

Asentí.— Sí — aseguré.— Igual de hermosos que los tuyos — acaricié su mejilla dulcemente.

— A puesto que será igual de hermosa que tú — murmuró, con una sonrisa.

Reí a lo bajó, mientras mis mejillas se sonrojaban.
— Oh, Joseph — murmuré, apartando el rostro un poco.

Una pequeña risa se escuchó de nuevo.

— Estamos juntos desde los 23 y aún sigo provocando mariposas en el estómago — bromeó, con una sonrisa.

Negué.— Basta — lo golpeé, juguetonamente al hombro mientras reíamos de nuevo juntos.

— Te amo, Marie — susurró, plantando un beso en mi cuello.

Sonreí.— Te amo, Joseph — respondí, girando a verlo finalmente al rostro.

Era un hermoso momento.
Sólo nosotros dos con nuestra pequeña bebé.

— Sé que seremos buenos padres — aseguró, acariando mi mejilla tiernamente.

— Estoy muy segura de eso, cariño — sonreí.

Me dedico otra sonrisa y finalmente nuestros labios se unieron en un suave y dulce beso.

[Editado: 11/10/2021]

YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora