YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada]

XXIX

|F I N A L L Y  T O G E T H E R|

Tom Holland:

La ceremonia había sido tan conmovedora y alegre.
Y en todo ese tiempo, me fue imposible no ver a Megan a mi lado. Alice y Harrison se encontraban junto a nosotros y jamás imagine que esto sería tan especial.

Los cuatro juntos en la boda de Marie.
Megan ahora tendría a Alice como su hermanastra y Fred como su padrastro.
Aunque jamás imagine que algo así fuera a suceder.

Y cuando la ceremonia terminó, todos se dirigieron al salón en que sería la fiesta.
Y que todos esperaban con ansias.

Alice y Harrison se habían aventurado primero en irse para  llegar al salón juntos y asegurarse de todo estuviera orden antes de que Marie y Fred llegarán.

Mi madre y Harry se encargarían de la pequeña sesión de fotos que tanto le había rogado Marie.
Y mi padre junto a Sam y Paddy esperarían por ellos para irse juntos.

Y finalmente, Megan y yo nos las habíamos arreglado para no ser vistos y escaparnos por ahí, antes de ir a la fiesta.

Parecía un sueño y que en algún momento todo iba a desaparecer.
Pero sabía que no era así.
Mi corazón le pertenece y siempre le perteneció a Megan.
Y nunca lo había visto.

— ¿En qué piensas? — inquirió, mientras caminábamos en un cómodo silencio por que aquel pequeño parque al que habíamos llegado sin darnos cuenta.

Sonreí débilmente.
Nuestras manos rozaban a nuestro lado.

— Bueno... — respondí.— es algo complicado de explicar.

Su mirada curiosa me analizaba mientras seguíamos caminando.

— ¿Ah, si? — cuestionó.

Asentí.— Umjum...

— ¿Por qué? — siguió con el interrogatorio.

Reí débilmente, parecía una pequeña niña queriendo descubrir el mundo.

Le miré sonriente y por un momento pude vernos a nosotros de niños.
Ella con sus grandes ojos azules y sus dos trenzas caídas por los lados. Y su vestido favorito de flores amarillas.

Sonreí aun más.
Su alma de niña estaba frente a mi.

— En nosotros... — respondí, torpemente.— En ti, en mi. Nuestra niñez y lo que vivimos juntos.

Una sonrisa se dibujó en ella mientras se le coloraban la mejillas.

— Es increíble como la vida da muchas vueltas, ¿no? — inquirí.

Asintió.— Si... Pero no ha sido fácil. — aseguró.

Negué.— No... — afirme.— No lo ha sido. Pero miranos, crecimos juntos y ahora estamos juntos.

Su sonrisa se agrando mientras apartaba la mirada aún sonriente.

Hice lo mismo sin pensar, instalandonos en otro silencio.

Un suspiró salió de ella.
— Sabes, de niña creía que en algún momento tú y yo, nos separariamos. Solía pensar que tú te casarías con alguien más y yo viviría con mis padres hasta que murieran. — rió.— Pero una parte de mi me decía, que tal vez no iba ser así. Que tal vez viviríamos grandes aventuras como cuando jugábamos. — sonrió.

Ambos nos detuvimos a la par.

Su mirada clavada por un instante a la ciudad.
Y aún sonriendo, me miró.
Sus ojos verdes mirándome como si fuera un sueño del que tal vez no quería despertar.

— Creo que debemos volver. La fiesta no tarda en empezar, Thomas. — murmuró.

Asentí mientras le tendía mi mano.

Su mirada bajo a mi mano y con cierta tranquilidad la tomó.
Su mirada de nuevo volvió a mi. Y aunque era algo tranquila.

Pude sentir mis mejillas sonrojarse ante su delicada belleza.

— Señorita Ross... — solté, en un fimre tono, mientras me volvía frente a ella aún tomados de las manos.

Hice mi mejor postura firme y proseguí:

— Un baile nos espera esta noche, ¿desea ser mi acompañante? — inquirí, con cierta diversión esperando a que me siguiera el juego.

Una pequeña risa salió de ella mientras una mirada divertida se semblaba en sus ojos.

— Por supuesto, Señor Holland. Acepto su invitación. — respondió, haciendo una pequeña reverencia.

Ambso reímos mientras nos dedicabamos divertidas miradas.

Y entre coquetas miradas, llevé su dorso a mis labios. Plantando un gentil beso en su mano mientras le miraba.

Sus mejillas se ruborizaron ante mi acción.
Y volviendo a nuestra realidad, sonreímos.

— ¿Nos vamos? — inquirí, sin querer dejar ir su mano.

Sonrió.— Vamos. — respondió, asintiendo.