XXVI

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|N E A R  A N D  F A R|

Megan Ross:

Días, semanas, meses, realmente no recordaba cuán rápido iba el tiempo o si iba tan lento como para recordar todos lo días de mi vida siendo la misma.

Me las había arreglado para estar activa y despierta mientras iba a la escuela.
Pues, había respetado la decisión de Tom que de alguna forma me había lastimado.
Y aunque tratará de olvidar por completo lo que sucedía entre nosotros, me era imposible no pensar en él cada que lo veía en la escuela y al regresar.

Aunque últimamente le veía llegar antes de que yo llegué a casa.

Y aquí estaba de nuevo, pensando en él meientras miraba a mi madre probarse los vestidos de novia junto a la tía Nikki y Alice.

Era sábado y habían decidió posponer la comida familiar de la semana para el domingo.
Nada nuevo.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo trasero de mi jeans mientras miraba a mi madre con una pequeña sonrisa.
Charlaba tan alegre con Alice y Nikki a lo lejos de mi.

Un mensaje me había llegado y la curiosidad por leerlo me mataba, pero debía estar atenta de mi madre y mi opinión acerca de los vestidos.

— ¿Por qué no pruebas otro? Este es lindo — le dijo la tía Nikki con otro vestido en mano.

Mi madre lo miró para luego tomarlo y meterse con el al vestidor.
Y mientras esperábamos a mi madre saliera, la tía Nikki se acercó a mí con una débil sonrisa.
Hacía mucho que no sentía su calidez en un abrazo.

— ¿Estas bien, linda? Pareces tan perdida como lo ha estado Tom estos días. — dijo, tomándome de los hombros aún con calidez.

En mi rostro dibujé la más tranquila y amable sonrisa, como si el nombre de Thomas no me afectará en lo absoluto.

— Oh, no es nada. — dije, tratando de convencerme.

— ¿No han peleado de nuevo, verdad? — preguntó, preocupada.— Por qué de ser así hablaré de nuevo con él. — añadió.

Reí nerviosa. No tenía idea que la tía Nikki había hablado con él antes de hablarnos de nuevo.

— No, no tranquila. — mentí, con una sonrisa.— Ya sabes la escuela a veces nos... consume. — mentí de nueva cuenta.

Empezaba a sentir remordimiento con tantas mentiras que decía a su cara.

— Lo sé. — plantó un beso en mi frente como consuelo, para luego sonreír.

— ¿Y bien? — la voz de mi madre detrás de nosotras, hizo que volviéramos nuestra atención a ella de nueva cuenta y con ello nuestra opinión acerca de su vestido de bodas

Tenía que admitir que se veía perfecto en el.

— Pienso que es el indicado, mamá. — dije, con una sonrisa.— Se te ve perfecto.— añadí.

Era medio día y mis pies estaban agotados después de caminar por el centro comercial toda la mañana.

Nikki se habia ido a casa después de que dejamos la última tienda y mi madre había llevado a Alice con su madre como todos los fines de semana.

Y cuando finalmente llegamos a casa, fue inevitable no tumbarme en el sofá en cuanto entramos.

— ¿Tienes hambre? — la voz de mi madre, me había hecho levantar un poco la cabeza para verla.

— Un poco — respondí, torpemente para dejarme caer de nuevo.

YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora