XXVII

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|TRUTHS AND PAINS OF LOVE|

Megan Ross:

Como quisiera que la tierra me tragara y me escupiera lejos donde no conozca a Thomas Holland.

Aquí estaba, en medio de mi habitación buscando la forma de como ir a aquella cita con Jason sin llevar a Thomas conmigo y sin que mi madre se diera cuenta.

Llamar a Alice y pedir que me acompañé junto a Harrison, era mi único plan. Pero mi madre quería ver que Thomas me acompañé como buenos amigos que éramos.

Bufé mientras miraba del otro lado de mi ventana y la hora de mi móvil.

Faltaban menos de treinta minutos para que dieran a las cinco de la tarde.

Sin siquiera notarlo, las cortinas del otro lado se abrieron y con ello, Thomas se hizo ver frente a mi.
Inconscientemente me golpe la pierna con la silla de mi escritorio y gimote del dolor, volviendo a la realidad.

— Mierda...— maldije, mientras me revisaba. Sin duda eso me dejaría un hematoma dentro de unas horas.

Bufé aún del dolor y tomé mis cosas para salir. Ya me las arreglaría con mi madre acerca de Thomas. Despedirme de Jason era lo importante.

Había sido un buen amigo durante el tiempo que estaba en la escuela. Me enseñó cosas nuevas y fue muy amable al hacerme reír para olvidar un rato a Thomas.
Ni hablar de su tierno comportamiento. Sin duda había hecho un buen amigo.

— ¡Ya me voy, mamá! — enuncié, antes de poder salir.

— ¡Esta bien, no llegues tarde! — respondió, devuelta desde alguna parte de la casa.

Tuve suerte de que no estuviera viendo que iba sola.

Salí de casa con tranquilidad al respecto y me dirigí al parque caminando. La escuela no estaba tan lejos, así que caminar me hacía pensar en ciertas cosas.

Pero ojalá hubiera sido así...

— ¡Ya me voy, mamá! — exclamé, tomando las llaves de la puerta.

— ¿Tom, está afuera? — preguntó, en el sofá de la sala.

Me detuve a verla y asentí titubeante. Era claro que no era así.

— No escuché el timbre. — dijo, demandante. Mientras alzaba una ceja confundida.

Sin duda estaba atada al cuello.

— Uh... — balbucee.— Él me espera en el auto. — mentí.— Me envió un mensaje. — añadí, tratando de ser creíble.

Mi madre se levantó del sofá cerrando su libro y se asomó por la ventana.

— Oh, si. Ahí está. — dijo, sonriente.

Mis ojos se abrieron a la par y me asome junto a ella. Efectivamente estaba ahí, recargado en el capo del auto mientras veía su móvil.

— Ves, te lo dije. Me está esperando. — dije, alejándome para salir.

— Bueno, no llegues tarde. — pidió, dándome un beso en la frente.

— Si, mamá.— suspiré, para dirigirme a la salida.

Escuche los pasos de mi madre detrás de mi y simplemente salí, esperando a que se quedara dentro para finalmente irme. Pero la conocía lo suficiente bien, como para no saber que miraba por la ventana.

YOU AND ME | TOM HOLLAND [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora