Ella

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_____:


Por fin llegó la hora de la salida y me fui de ese lugar. Primero comencé a caminar las cuadras hasta la estación de subterraneo. El clima era típico del otoño, con los árboles sin hojas y las veredas cubiertas de naranja. Las nubes cubrían el cielo.

Miré mis pies moverse en el suelo para evitar el largo camino hacia la estación.

Me ardían los ojos de llorar, me sentía una estúpida por otra vez; no soportarlo. Tener que mirar al piso y dejar que me pasen por arriba, ser tan dura cuando en realidad solo necesito un abrazo.


No es gracioso cuando todos se burlan de ti por ser menos, por tropezarte en clase o por obtener una mala nota, pero peor es cuando alguien que siempre estuvo en tu misma clase, alguien a quien siempre notaste, te da su ayuda como si nunca hubieses estado ahí. Si, hablo de Niall, ese hipócrita que tiene aroma a Armani, con sus zapatos limpios y su uniforme siempre planchado. Si ese idiota tropieza, otros lo levantan y se ríen junto a él. Nadie puede entenderlo, ya no confío en nadie, no quiero que nadie me hable, nadie me toque, ya ni sé por qué sigo existiendo si total a todos les da lo mismo.

¿De qué sirve una persona que no tiene buenas notas, debe dormir en casa de una tía, que siempre tiene los mismos zapatos, no sabe caminar en tacos, no tiene amigos a quienes hacer reír, no tiene nada?

Todos siempre dicen que, es cosa del destino pasar por malos momentos... Pero este lleva mucho tiempo.

Iba tan concentrada en mi música, que me sobresalté por completo al ver un auto andar lento a mi lado. La ventana se bajó y pude ver a Niall dentro, así que rodeé mis ojos.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?- preguntó.

-No- aceleré el paso y él aceleró un poco el auto.

-Escucha...- decía- Solo súbete y... Te dejo donde me pidas.

-¿Ahora eres taxista?- pregunté riéndome.

-Si es lo que necesitas...-dijo luego de pensarlo y rodeé mis ojos.

-Ay por favor- dije con sorna y se rió.

-Con placer- frenó el auto y se bajó parándose frente a mi- Solo acepta un café, te ayudaré con los deberes y listo...- dijo parado frente a mi.

-Solo dejame en paz ¿Quieres?- pedí.

-Como que querer no quiero... pero...-estaba diciendo y suspiró- Mira _____, cuando me propongo algo, no lo dejo hasta que obtengo lo que quiero- y me enfadé.

-Pues si lo que quieres es reírte de mi, pues hazlo. Si quieres saber algo de mi, pues ve y pregúntale a tus amigas zorras que tal vez lo puedan explicar y suene mejor que de mi- dije molesta y se me quedó mirando, fijo a los ojos, lo que me intimidó.

-Ahora lo entiendo...- dijo asintiendo y me dio la espalda, dejándome un nudo en la garganta. Su perfume aún seguía mientras caminaba a su auto donde se detuvo y me miró- última oportunidad por hoy...- dijo y suspiré- Es solo un café...- revisé mi bolsillo pero solo tenía la tarjeta para el subte- Yo pago...- invitó y suspiré caminando hacia su auto.


Narra Niall:


_____ iba siempre detrás de mi cuando caminamos a la cafetería, cada dos segundos me daba la vuelta para asegurarme de que esté detrás de mi. Me interesa saber que sucede por la mente de esta chica, pero también quiero saber si los rumores son ciertos, además... Quiero saber sobre Walter.


Ella se sentó en una mesa, mirando hacia afuera mientras que yo caminaba con una bandeja con un plato de sándwichs, café y jugo. Me senté frente a ella y le sonreí, tendiéndole la bandeja.

-¿Por qué haces esto por mi?- preguntó mientras yo tomaba una taza de café y la soplaba inútilmente para no quemarme.

-Me interesas- dije y se rió con sorna-¿Puedes dejar de hacer eso?- pedí y alzó su ceja.

-¿el qué?

-Eso... Estoy haciendo un gesto bonito por ti y me miras con esa cara de que en cualquier momento me meteras el azucar en los ojos y me mataras con esa cuchara...- dije muy rápido y se rió. Sonreí en mis adentros orgulloso de mi chiste, pero luego ella habló.

-¿Crees que debo darte mi confianza por comprarme un café?- preguntó- ¿Qué más quieres? ¿Un premio nobel?- me quedé callado- eso supuse...

-Deja de hablar como si fueses la reina del mundo.

-¿Yo soy la reina del mundo?

-de eso hablo- me eché en mi asiento hablando muy convencido y ella suspiró- De acuerdo, cambiemos de tema...- le tendí el plato con su sándwich- ¿Qué otras materias tienes mal?- mordió su sándwich- Todas, menos cuatro...- me mostro cuatro dedos y mordí mi labio.

-¿Por qué no vienes a mi casa?- invité y me miró- te ayudaré con las tareas de lo que necesites.

-Puedo sola...

-¿Por qué no estudias en tu casa?- pregunté y ella se quedó callada, no dijo nada. Se levantó y me dedicó una sonrisa forzada.

-Aprecio el gesto Niall...- dijo mirándome fijo a los ojos.

-¿nos vemos mañana?- pregunté sonriendole y ella se quedó mirando mi sonrisa y respiró cortadamente.

-Si...- dijo mojando sus labios y tomó su mochila, caminando fuera del lugar. La vi pasar a través de la puerta y la seguí con mi vista mientras caminaba por la vereda, mirando al suelo, ligeramente.


Cambié mi vista a mi café y abracé la taza con mis manos, planteándome millones de preguntas, pero sonreí al final de esas preguntas.

Vi su sándwich con un par de mordiscos y su café sin acabar.


Estaba tan concentrado en mi mente, que me sobresalté al ver a Caleb aparecer torpemente de la nada y sentarse rápidamente frente a mi, tirando casi que todo.

-Mierda Caleb- dije sobresaltado- ¿Cuándo llegaste?

-Estaba aquí- contestó respirando agitado- ¿Qué mierda hacías con la rara?

-No le digas rara- pedí y se rió.

-Disculpa, la chica- corrigió y miré afuera.

-Nada, solo hablabamos- aclaré y tomé mi café.

-Oh no... Conozco esa mirada- dijo Caleb.

-¿Cuál?- pregunté haciéndome el desentendido.

-¡Esa!- me señaló- Esa mirada de "no me detendré hasta saberlo todo"

-Es que... Es tan... Intrigante...

-¿Te gusta?- preguntó asustado.

-¿Qué? No...- le dije sin pensarlo, concentrado en la esquina por la que ella se fue- Solo me interesa...

-Gracias a dios- dijo aliviado y se levantó- debo de ir a clases de frances... Adiós- y se fue ya que no le dije nada más.

Me quedé un rato más pensando, hasta que vi la hora de volver a casa.

Al levantarme para pagar, vi que en asiento en el que se sentó _____, había un papel mal doblado con una A+ en rojo, y lo tomé.


Era un trabajo de literatura que se titulaba como "la vida de mis sueños" y sonreí.

-Eres mala porque quieres- le dije al papel y miré a mi alrededor. Pagué y corrí a mi auto, para ir a casa y leer esa historia.

Who's the winner? N.H #wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora