UNIDOS POR LA VENGANZA

(72) NO HAY TIEMPO

Jin-Young había tenido que huir de la ciudad por unos días, solo hasta que la situación se calmara se mantendría en las sombras recuperándose de la herida en su brazo. Luego de que habían huido de la fábrica había querido irse a atender su herida en un hospital, pero la PDI había alertado en todos los lugares por si llegaban a verlo, debido a que no se le había encontrado en su casa, se tomaba como que nuevamente estaba a la fuga. Con esto no le había quedado de otra más que irse a Incheon, ahí tenía una casa apartada de todos, podía estar en paz y continuar con sus planes sin pensar que lo estaban buscando.

El mayor problema de esto era que sus hijas habían quedado desprotegidas, porque a penas se corrió la voz de que nuevamente la búsqueda, la PDI se apareció en el hospital y sus subordinados que estaban a cargo de cuidar de sus hijas tuvieron que abandonar el edificio.

Ahora sus hijas estaban sin protección y a su suerte. Jimin podía hacer con ella lo que quisiera y él no podía hacer nada, sus pequeñas hijas estaban sin su protección y no podía dormir tranquilamente sin estar viendo las noticias en espera de que se de una noticia sobre sus hijas, pero hasta el momento todo estaba bien.

Agradecía eternamente que ellas estuvieran bien, pero no podía confiarse en que seguiría así para siempre, debía pensar en hacer algo ya. No podía confiar en que Jimin no hiciera nada hasta el momento. Ese doncel era a quien ahora se enfrentaba. Esta guerra que había empezado con Yoongi, terminó siendo con él desgraciado de Jimin.

No podía entender cómo no lo vino venir, HyunSuk estaba siendo manejado como marioneta por él y claro, ¿Cómo no pensó en que todo esto podía ser una mentira? ¿Cómo es que no sospechó de él, ya sabiendo cómo era Jimin? y es que claro, estaba cegado por querer acabar con Yoongi cuanto antes, él vio la oportunidad y quiso aprovecharla sin detenerse a pensar por un solo segundo que él podía estar tramando algo a sus espaldas. Así es como siempre Jimin ha sido y no pensó que esta vez podía estar haciendo lo mismo, pero el odio siempre tiende a cegarte de algunos puntos importantes, solo ves el camino a tu objetivo.

—Dios..— Suspiró agotado.

Seguir de esta manera encerrado, teniéndose que privar de su libertad porque la maldita PDI lo estaba siguiendo, era un tema que lo estaba frustrando y enloqueciendo. ¿Hasta cuando iba a seguir así? Jimin le había dicho que no quería darle un ataque directo, o no por ahora, pero él no podía seguir escondiéndose como una rata para esperar que a él le diera por acabar con su juego de destrucción, porque estaba seguro que Jimin quería destruirlo lentamente quitandole lo más importante, pero él no podía dejar que eso pasar.

Lo que tenía que hacer era secuestrar al niño, con el en sus manos Jimin no tendría su altanería para atreverse a enfrentarlo, lo tendría bajo sus piés y acabaría con todo de una vez, así seguiría con sus planes de irse a Rusia.

—¡Jay!

—Si, señor..— Responde Jay apareciendo ante su llamado.

—Solo estaremos aquí hasta que se calmen las cosas, de ahí regresaremos.

—¿Está seguro?..— Jin-Young le dió una mirada fija. —Entiendo, como usted ordene.

—Y a penas lleguemos van a traerme ese niño, no quiero fallos y a nadie de mi gente muerta.

—Sí señor..— Jay se retiró dejándolo sólo.

Esta vez no debía haber ni una sola falla en lo que estaba planeando, entre más pronto acabara con esta guerra, más pronto podía huir y esto era lo único importante. Tendría que dañar su pequeña diversión al desgraciado de Jimin con su jueguito. Si jugaba con fuego contra ese doncel podría terminar quemándose y no de manera excitante.

Ahora solo le quedaba esperar que con las muertes de HyunSuk y su esposa, la PDI se enfocara en investigar esas muertes y a él le dejaran en paz aunque sea solo por un segundo, no había podido salir de esta jodida casa sino era hasta el jardín, llegaba a ser un situación estresante el vivir de esta manera.

"Te mataré lo antes posible Park Jimin"

Cómo Irene le había dicho a Jimin, los niños habían salido temprano por temas de que las protestas se estaban volviendo a salir de control, así que para más seguridad de los niños era mejor que se fueran antes y hasta nuevo aviso se retomarían las clases. Para el encanto de la profesora, Yoongi había venido a recoger al niño y sin compañía de Jimin o la otra mujer, era perfecto, le fascinaba porque sentía que tenían su privacidad para hablar más entre ellos mismos, sin que apareciera Jimin diciendo algo sarcástico en su contra.

—Hola señor Min..— Saludó formalmente, pero sintiendo su corazón latir con fuerza.

—Hola señorita Irene.

—¡Papá!..— Minki abrazó a su padre y miró hacia el auto pensando su madre que podría estar en el auto, pero se llevó una decepción al no verla por ningún lado.

—Hola hijo, ¿Cómo estás?..— Minki asintió respondiendo con un "bien" pero en bajo tono.

—¿Cómo ha ido su día?..— Pregunta ella queriendo formar una conversación entre ellos, antes de que se fuera.

—Bien, gracias por preguntar, ¿Y el suyo?

—Maravilloso, aunque sabe, estaba pensando que algún día... Podríamos ir a un restaurante bueno, es de comida occidental, o podemos ir a los restaurante Min.

Yoongi ríe por su intento de volver a pasar tiempo con él, se veía muy tierna a su vista, y no sabía si estaría bien aceptarle la invitación. Recordaba lo que Jimin le había dicho de ella y parecía que tal vez sí podría ser verdad, y no negaría que era una mujer hermosa, y que ya había tenido en mente salir con alguien, pero jamás pasó por su mente la profesora de su hijo.

Podía aceptar la invitación sin ver más allá de eso, así tal vez se conocerían más y podían entablar una buena amistad, nunca estaba de más aceptar una amistad.

—¿Te gustan los restaurantes Min?

—Si, he escuchado que su comida es excelente, y la atención es perfecta.

—Esos restaurante son de mi papi

—¿Es verdad?..— Preguntó asombrada. Sabía que Yoongi se apellida Min, pero no porque él tuviera el mismo apellido iba a pensar que era el dueño de la cadena de restaurantes más prestigiosa de Seul.

—Si, así que algún día la invitaré ahí.

Los ojos a Irene le brillaron, era un sueño hecho realidad.. ¡Min Yoongi le había invitado a cenar!