(84) LIBERTAD

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El agobiante sentimiento de que las cosas se le estaban saliendo de las manos era estresante, nada salí como el lo esperaba. Ahí nuevamente había fallado en su misión de derrocar a su enemigo, y todo por culpa de ese horrible doncel. Ahora comprende que para matar a Yoongi, debe buscar la manera de deshacerse de Jimin, y a pesar de que no es una tarea fácil sabe que con ayuda de dos personas lo conseguirá. Solo debía esperar pacientemente a que esos dos aparezcan para llevar su plan acabo, la hora de morir había llegado para Jimin.


—Buenos días...— Saludó el doncel a su lado que acaba de despertar.


—Buenos días precioso...— Se giró para verlo debido a que le estaba dando la espalda. —Perdón por dormirme tan rápido anoche, no sé que pasó.


—No te preocupes, debe ser el cansancio. Tal vez has estado muy ocupado estos días.


—Tienes razón Tae, he estado muy ocupado y estresado.


—Bueno, te dejaré esa hierba para que te relajes.


Él  chico se levanta para comenzarse a vestir, su misión aquí había acabado y todo salió a la perfección.


—Oh Tae por cierto. David me ha dicho que un cliente te ha comprado, es una pena que ya no nos vayamos a encontrar.


—Lo sé, es extraño esto de haber sido vendido.


—¿Y quién fue la persona que te compró?


—Un tal Yeosang.


Jin-Young queda pensando de quién podría tratarse, pero nadie importante llega a su mente con ese nombre. Podría tratarse de un nuevo riquillo que ya estaba metido en el trata de blanca.

Miró al hermoso doncel vestirse rápidamente porque ya estaban por pasar por él, era una pena realmente que ya no podría volver a verlo. Taehyung era un excelente doncel con el cual podía acostarse y fumar en tranquilidad, él entendía cuando solo quería estar tranquilo y nada más, no era hostigoso ni desobediente, era perfecto para sus encuentros, pero ahora eso había acabado porque ahora le pertenecía a alguien más.


Él terminó de vestirse y justo a tiempo uno de sus empleados anuncia que han llegado por Tae. Jin-Young se levanta de la cama caminando hasta donde está él y lo toma de la cintura. Se acerca dándole el beso de despedida, sus manos se deslizan con cuidado llegando al esquisito trasero que ese doncel tiene, lo apreta queriendo desvestirlo de nuevo y tomarlo contra la pared, pero ya no había tiempo para ello.

Tae corta el beso, sonríe ante el ambiente excitante que se crea entre ellos, podría ceder a tener otra ronda como despedida, pero no quería retrasar más las cosas. Toma su bolso y abandona la habitación, sale de la casa y sube al auto, una vez salen de la propiedad de Jin-Young siente su cuerpo relajarse, y es que no había podido dormir muy bien anoche, le inquietaba saber que podrían darse de cuenta de lo que había hecho cuando Jin-Young se durmió gracias a una droga que él le dió para poder obtener las fotos de los exámenes de ADN. Tanto eran los nervios que había tomado el arma que Jin-Young guarda en su armario pensando que en cualquier segundos entrarían por esa puerta para avisarle a su jefe que lo vieron hurgando en sus cosas personales, pero cuando el reloj marcó las ocho de la mañana, se dijo así mismo que ya nada pasaría. Confiado dejó el arma donde estaba y dejó descansar sus ojos, con mucha suerte todo había acabado bien, ahora era libre de este estilo de vida y podría hacer lo que quería porque ya no era controlado por nadie más.


Una vida donde nadie le diría a que hacer y que no, ¿Qué haría ahora?


Sus ojos pican de las ganas de llorar cuando el auto se estaciona fuera del burdel y frente el auto que él está, hay otro y apoyado en el estaba Yeosang esperándolo. Por fin, ya estaba sintiendo como las cadenas que lo ataban a este lugar estaban siendo desabrochadas.


UNIDOS POR LA VENGANZA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora