(88) PERDIDA

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El celular de Taeyong no había parado de vibrar en toda la noche, desde que había abandonado la casa sin escuchar las súplicas de Jin-Young porque lo escuchara y razonara, no había parado de llamarlo, tal vez con la esperanza de que regresara porque así es como debían ser las cosas, pero por ahora solo quería desaparecer y era terrible. Es terrible sentirse solo y agobiado por todo lo que ha vivido en una sola noche y no tener en quien apoyarse, por primera vez desde que su madre había muerto, se había vuelto a sentir solo, ¿Estaba condenado a este tipo de situación? De ser así no le quedaba más que seguir adelante guardando en lo más profundo de su ser este sentimiento amargo, no importaba si era sano o no, no había más elección.

Por ahora se quedaría en un departamento y ya luego vería que haría con su vida, solo esperaba que lo dejaran en paz y fuera de esta guerra que ya no tenía nada que ver en esto.

los días pasaban y consiguió un trabajo como mesero de tiempo completo, el pago era bueno, le alcanzaba para pagar el arriendo y poder sustentarse con temas como la comida e higiene. No necesitaba nada más, así podría seguir viviendo sin preocupaciones y agradece que Jin-Young y ninguno de sus subordinados no han venido a buscarlo y le han dejado en paz, al igual que Jimin. Había pensado que él lo quería alejar de Park para ponerlo de su lado, pero hasta el momento no se había aparecido desde ese día que le dijo sobre la prueba de ADN.

Tal parece el objetivo de Jimin era solo ocasionar caos en la mafia de Jin-Young, aunque él no cree que eso haya hecho mucho.

—Demonios, se largó a llover...— Se queja cuando mira las gotas caer una tras otra cada vez con más fuerza.

—Listo, gracias por cubrirme Taeyong...— Su compañero entra por la puerta trasera del personal, revolviendo su pelo por las gotas que le han alcanzado a caer. —Hoy era tu día libre y aún así lo hiciste.

—No tenía nada que hacer en casa, así que no me molestaba en ayudarte.

—Gracias.

—Bueno, te dejo. De momento hay mucha gente, pero con la lluvia que viene dudo que llegue más gente.

—Ojalá.

Ambos ríen y se despiden, Taeyong toma sus cosas y marca su hora de salida. Sale del restaurante y con su chaqueta se cubre un poco y corre para llegar lo antes posible al departamento. Espera tener suerte y no pescar un resfriado luego de esto, porque está con gripe y trabajar no era la mejor mezcla del mundo.

Como de costumbre acorta la caminata entrando a un callejón y así saluda a un perro callejero al que siempre que puede le da comida. Esta vez el perro no se ve lo cual es extraño, esperaba que no le hubiera sucedido nada raro y haya sido adoptado, él lo habría hecho pero en el edificio no se aceptan animales, así que era una pena no poder ayudarlo más de lo que ya lo hacía.

—Por fin te encuentro Taeyong...— Jay estaba a sus espaldas cubierto por una parca.

Taeyong se quedó quieto y giró con cuidado, al parecer había celebrado antes de tiempo.

Taeyong se quedó quieto y giró con cuidado, al parecer había celebrado antes de tiempo

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