(81) TORTURA

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El motor de la furgoneta fue apagado, el equipo bajó sonriendo felices porque habían salido ilesos de su misión sin un solo error. Miraron hacia la puerta de la casa donde se hallaba Jimin dando la orden de que las sacaran y fueran llevadas al sótano. Su mirada era inquietante, no se podría saber que era lo que estaba pensando en esos segundos, pero la evidencia era clara, nada bueno les esperabas a esas niñas allá bajo con el cuidado de Jimin. Nadie podría oponerse a lo que tuviera pensado hacer, ni siquiera Yoongi. Él que no encontraba que esas jóvenes tuvieran algo que ver con lo que había hecho su padre, no tenían que cargar con la responsabilidad de las acciones de Jin-Young, pero Jimin no tomaría en cuenta aquello, para él todo era ojo por ojo y nada más.

Los subordinados ordenados por Jimin abrieron las puertas traseras de la furgoneta y entre dos se llevaron de a una, dentro de la habitación las esposaron de manos y pies, por último tomaron el collar de metal y lo cerraron con candado en sus cuellos. Las dejaron tiradas en el frío suelo y salieron a petición de Jimin, él se quedaría sentado en una silla frente a las chicas esperando a que despertaran para darles la bienvenida.

Tenía curiosidad por saber cómo sería su reacción al verlo, ¿Qué le dirían? después de no verse por un tiempo el odio mutuos estaba fresco como la primera vez, de eso no tenía duda. Era una pena que verlas de esta manera y no poder acabar con sus vidas era algo que no podía hacer ahora, las dejaría irse y lo más probable es que Jin-Young las traslade a un lugar más seguro, pero no importaba donde el las resguardara de su persona, Jimin las iba a encontrar y acabaría con sus vidas dándoles la mejor noticia de sus vidas, sería tarde o temprano, pero estas niñas no vivirían para enterrar a su padre y gozar de la herencia.

"Papi te salvará Minki, tu solo espera un poco"

¿Cómo estaría su pequeño? ¿Donde lo tendrían metido? ¿Jin-Young se habrá atrevido a golpearlo?

Sus manos picaban por lo impotente que se sentía en estos momentos, no podía ir ahora mismo por el para sacarlo de ahí y prometerlo de que no le volverían a tocar y menos volvería a estar en peligro, haría todo lo que estuviera a su alcance y más para darle toda la seguridad del mundo. Su pequeño no tenía que pasar por cosas como estas, y todo por la negligencia de esa estúpida profesora, sería perfecto tenerla enfrente de ella tal cual como estaban las hijas de Park, pero era obvio que Yoongi no lo permitiría y la sacaría de aquí arruinando todo, por ahora la dejaría, pero eso sí. Se iba a encargar de que ella sea echada y que su título como profesora no sirva aquí y en ningún país. Lo primero que tenía que hacer era acabar con su carrera profesional, ya si Yoongi quería seguir siendo su príncipe azul con lo que había hecho, solo le quedaba continuar con su plan principal. Bien dicen que lo que se tarda en llegar es mejor, y tal vez el final de la profesora sería aún mejor si esperaba a como ya lo tenía predeterminado.

—¿Donde estoy?..— La primera en despertá es Soyeon.

Su vista es borrosa, se siente mareada y no reconoce lo que ve en su entorno, por instinto quiere acercar sus manos a su rostro, pero no puede. Asustada mira sus manos y están esposadas como sus pies, ahora estando más consiente siente un frío contacto en su cuello. Alterada intenta romper las cadenas que la tienen atada, algo fuera de ser posible, el terror se apodera de ella y su respiración se acelera, mira al frente y a una cierta distancia había un hombre sentado observándolo mientras sus labios expresaban una sonrisa un tanto perversa y juguetona. Él se inclina hacia adelante diciendo su nombre, solo ahí lo reconoce y no sabe que pensar ¿Qué quería hacerles este doncel a ella y su hermana? ¿Cúal era el motivo para que las secuestrara y las tuviera de estas manera?

—Jimin..— Susurró su nombre con leve temor. ¿Su vida estaba en juego?

—Soyeon...— Sonríe al responderle con su nombre. —Tanto tiempo sin vernos, querida.

UNIDOS POR LA VENGANZA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora