(99) NO DEBISTE SER TU

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Temprano en la mañana San se ha levantado, como siempre inicia su rutina de ejercicio, luego se da una ducha y desayuna. Se encuentra con Hoseok que está aquí para llevarse a Minki a la escuela, saluda al niño y se despide de su amigo. Hoy era el aniversario de la muerte de Edén y Maddox, debía ir a visitar las tumbas y llevarles flores frescas.

Toma su auto y no sin antes irse avisa a dónde va, por si Yoongi llegaba a preguntar por él. Conduce con calma hasta el cementerio, saluda a la señora a la que siempre le compra las flores, conversa un poco con ella y la escucha quejarse de sus dolencias y de sus dos hijos buenos para nada que se han desaparecido y no le han vuelto a llamar. San preocupado por ella le propone que cuando él salga llevará a la señora al médico para que le hagan una revisión a su rodilla. Ella se niega, pero él persiste, así que antes de entrar le dice que vaya cerrando el lugar para cuando salgan se vaya de inmediato.

No escuchó más las quejas de la vieja y entró al cementerio, caminó alrededor de unos diez minutos hasta que llegó a las tumbas de su familia. Dejó las nuevas flores sobre el suelo, primero debía limpiar las hojas secas que habían caído, y el poco de tierra que había. Una vez todo estaba limpio acomodó las flores en su lugar, se sentó en el suelo y se mantuvo en silencio por mucho tiempo. Los recuerdos venían a él, desde el primer día en que los vió hasta el último que compartió con ellos. Una sonrisa melancólica ha aparecido en sus labios, ya no dolía como antes, había aceptado la muerte de su familia, lo que aún no lograba aceptar era la manera en que los había perdido.

—Papá, Tío. Él está vivo, ese día que cobraría venganza por lo que sucedió en nuestra casa, fallé. Les he fallado y me siento culpable por ello.

Miró las tumbas como si esperara una respuesta.

—Él sigue apareciendo enfrente de mí, me busca pidiendo disculpas. Dice que me quiere, pero no puedo creer sus palabras porque con esas mismas me engañó y los llevó a ustedes a la muerte.

Secó sus lágrimas y sorbió su nariz, respiró hondo y miró a sus espaldas. De repente se ha sentido observado, pero no ve a nadie. No se confía y se levanta del suelo, con precaución camina hacia donde cree que puede haber alguien. Su mano izquierda la acerca a su arma preparándose para cualquier cosa que pueda pasar.

—Sal ahora mismo...— Dice con un tono intimidante cuando se ha acercado lo suficiente, pero esta persona no sale de su escondite. —No lo volveré a repetir.

—Está bien, cálmate...— Wooyoung sale de su escondite.

—¿Qué mierda haces aquí?

—Yo...

—¿Por qué carajos tienes que estar aquí?

—Recuerdo que hoy es el aniversario de ellos, así que sabía que estarías aquí y pues quise saber como estabas.

—.....— San exhaló irritado.

Le dió la espalda a Wooyoung regresando a las tumbas, no iba a permitir que él arruinara un día tan sagrado como este para él. Se volvió a sentar en el suelo y esta vez se quedó en silencio esperando a que se fuera para poder seguir hablando, pero no se iba. Wooyoung seguía en su mismo lugar observándolo, ¿Qué es lo que esperaba?

Él se acerca con precaución y se sienta a su lado.

—Se que no tengo derecho a sentarme aquí, pero lo diré las veces que sean necesarias...— Lo miró de reojo y cerró sus ojos. —En ese tiempo no podía entender que ellos fueran una familia para ti, creía que se estaban aprovechando de tu buena voluntad. Quería abrirte los ojos y que vieras que esa no era una familia, pero sólo después de nuestro enfrentamiento lo pude entender, cuando me recuperé e investigué un poco más sobre ti y tu relación con Edén.

UNIDOS POR LA VENGANZA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora