(105) LA VERDAD

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Habían cubierto su cabeza con un costal, solo podía oír las voces de los hombres que iban en el auto. Yoongi movió sus manos ansioso por el plan, esperaba que todo marchara de acuerdo se había planeado y no tener problemas en el camino.

Los hombres hablaban de lo que veían en la casa y entre esa charla, comenta como Jin-Young se ha cojido a Jimin en contra de su voluntad y se burlan. Suspiran asquerosamente anhelando poder pasar una noche con él doncel si su jefe se los permitía o hacerlo a escondidas. Sabían ya por adelantado que él estaba atado a la cama desnudo, lo que les hacía la situación más excitante y enloquecedor.

Yoongi no puede decir nada, solo respira con calma y cierra los ojos queriendo pensar en otra cosa para así no tener que oír sus asquerosas palabras.

"Que esto acabe pronto"

Esta guerra se había llevado personas inocentes, ajenas al problema, y solo hasta ahora por fin iban a ponerle fin a ello, si tan solo hubiera sido ese día que se enfrentaron, muchas vidas se habrían salvado y las cosas serían diferente. Ya nada era igual que antes, ahora solo quedaba hacerle frente al futuro y a los problemas que estaban por venir. Debía hacerlo por su familia, por su equipo y por él mismo, debía sobrevivir para poder darles una mejor vida y segura. Quería ver crecer a su hijo, verlo vivir cada etapa de su vida y estar ahí para él para aconsejarlo como su padre que era. Así que debía dar lo mejor de él en esta pelea para regresar a su hogar y criar a su hijo.

—Por fin llegamos, tres malditas horas viajando..

Escucha cómo cierran las puertas de golpes y abren su puerta, lo arrastran fuera del auto y llevan hasta la casa, él tropieza con unos escalones y estaba por caer, pero aquellos hombre lo retienen ante de caer y lo empujan a seguir adelante. sube inseguro los escalones y escucha que abren una puerta, de ahí lo guía quién sabe a dónde.

—Hemos llegado, señor, y nadie nos ha seguido.

—Muy bien...— Yoongi empuña sus manos al oír la voz de Jin-Young. —Arrodíllenlo y quítenle esa capucha.

Golpean a Yoongi en sus piernas obligándolo a caer de rodillas, por fin retiraron la capucha y siente sus ojos doler por la intensidad de la luz. Una vez que sus ojos ya se han acostumbrado a la luz, alza la mirada y frente a él estaba Jin-Young. Sentado en un sillón de cuero, habían dos hombres parados a su lado, uno en cada lado.

—Min Yoongi.

—Park Jin-Young.

—Por fin te tengo de la manera en que quería.

—Vas a pagar...— El viejo sonríe divertido, porque ellos aún no comprenden que él lleva ventaja en esta guerra. —Vas a pagar por el daño que nos has hecho a Jimin y a mi.

—Solo he respondido a lo que ustedes me han hecho..— Jin-Young se sirve un poco de Soju en su vaso. —Además, si lo pensamos. ¿Qué te he hecho a ti? Todos mis ataques han sido dirigidos a Jimin.

—¿Ahora vas a fingir demencia?....— Pregunta Yoongi con un tono irónico, miró furioso a Jin-Young y su expresión desentendida le causaba aún más furia.

—¿Hablas del secuestro de tu hijo?

—Aparte de eso hablo de las muertes de Irene y Taemin.

Jin-Young bebió su soju y observó por un largo rato en silencio a Yoongi, se veía iracundo luego de lo que ha dicho, pero algo no entiende ¿Qué tiene que ver él con la muerte del hijo de unos directores de cine y una profesora desaparecida?

—Espera, ¿Me estás culpando de la muerte de personas que ni conozco y menos sabía que eran cercanos a ustedes?

—¿Y quién más podría haber sido? ¡Tú mataste a Irene! ¡Ella era inocente! ¡¿Cómo pudiste torturarla de esa forma?! ¡¿Cómo pudiste enviarme ese tipo de cosas?! ¡Ella no tenía nada que ver con nuestro problema!

UNIDOS POR LA VENGANZA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora