Estaba sentado en el mueble, el televisor estaba encendido pero no estaba viendo nada, era tarde y Taeyong no había llegado — De seguro esta con el tipo o con sus amigos — susurro, ya no tenía ganas de reclamar nada, se sentía solo de nuevo, pensó en tomarse las pastillas pero no había comido nada
No sentía nada, no tuvo hambre en todo el día, se quedó sentado en el sillón con el televisor sintonizando un canal con estática desde en la mañana, pensó en pintar algo pero no tenía la energía para buscar el óleo, miro el cuadro de Taeyong y el que estaba colgado y recordó sus días de universidad, lo dulce que era ¿Debió haberle creído a Kun cuando le dijo que no se casara? No, esta viviendo bien, tiene la vida que deseó y también ama a su esposo, se levantó por primera vez en el día y quedó delante de la pintura, observó como el óleo empezaba a agrietarse — Mi error fue que empecé a sentir más por ti que tú por mi — suspiro y se dirigió a la cocina
Puso dos rebanadas de pan sobre el plato que estaba en la barra, sus lágrimas salieron sin previo aviso — perdóname mi bebé, papá no te pudo salvar— gimió y comió el pan para después tomarse las pastillas extrañas
No creía que hicieran algo, pero al menos lo hacían sentirse mejor consigo mismo, lo obligaban a dormir y olvidar el infierno que vivía
Kun lo visitó después de que su amigo no respondiera a sus mensajes, llegó con las deliciosas galletas de chispas de chocolate que hacía su madre, llamó a la puerta varias veces pero en ninguna hubo respuesta, por suerte consiguió que su amigo abriera la puerta antes de que se fuera
Se espantó, Ten estaba en los huesos — ¿Qué demonios te pasó? — toco su hombro suavemente pero el menor lo movió y se quejo de dolor
— ¿Cuándo fue la última vez que comiste? — preguntó notablemente preocupado, el pelinegro miro al techo unos segundos tratando de recordar — no lo sé, hace 3 días tal vez —
Al escuchar esto el chico de cabello azul fue a la cocina a preparar una comida pero al abrir el refrigerador lo vio casi vacío y lo poco que había estaba en mal estado — ¿No tenías a una a chica que limpiaba y cocinaba? —
Muchas preguntas, demasiadas, no tenía ganas de hablar ni contestar sus preguntas pero aún así contestó amablemente — Yeri, no sé, solo un día no regreso —levantó los hombros y se recostó de vuelta en el sillón
— Vayamos a comprar despensa — se paro delante del pelinegro y le ofreció ayuda para pararse, la cual aceptó con una sonrisa
— Te voy a presentar a Leon, es mi compañero pero lo veo como mi hijo — dijo sonriendo alegremente mientras subía a su habitación corriendo
Unos minutos más tarde llegó acariciando a su pequeño compañero, Kun sintió la necesidad de llamarle a Taeyong porque el comportamiento de Ten estaba empezando a ser aterrador — Mira bebé este es tu tío Kun — le ofreció cargarlo pero se negó y en su lugar solo lo acaricio mientras lo saludaba
Le partió el corazón verle así, pero decidió seguir la corriente y no decir que su compañero era un cojín café llamado Leon, decidió llevarlo al supermercado para conseguir algunos comestibles
Le hizo de comer y el humor cambió rápidamente, la noche cayó y fue momento de retirarse no sin antes prometer volver a visitarle.
Las visitas frecuentes de Kun hicieron que sintiera no estar solo en este mundo por primera vez en mucho tiempo y eso lo animó lo suficiente para tomar duchas y también aprovechar para bañar a Leon regularmente
Las veces que su amigo no podía ir por tener que regresar a China, se la pasaban hablando por teléfono o texteando, no se aburría, era la primera vez que alguien le hablaba sin intenciones extra por ser el esposo florero de los Lee y eso lo hacía feliz