Por suerte tuvo a Yangyang quién lo oriento durante los primeros días e hizo que la primera semana pasara rápido
Cada mañana después del desayuno tenían que ir a la recepción con las enfermeras para que les dieran una pequeña caja con pastillas que eran obligados a tomar en ese momento, después de que tomo su dosis se dirigió a la sala común donde se encontraba su amigo jugando con un pedazo de papel
— Hoy es el día de celulares — dijo Yangyang mientras invitaba al mayor a sentarse en frente suyo
Se puso contento al pensar que Taeyong le habría mandado algún mensaje y también repaso algunos posibles mensajes que podría enviarle para hacerle saber que estaba bien y que deseaba verle pronto
Unos momentos más tarde entro un hombre corpulento y alto con una canasta llena de celulares que dejo en la mesa y ordenó que se hiciera una fila para empezar a repartirlos
Una vez que todos los pacientes tuvieron sus dispositivos la hora de límite empieza a contar así que Ten lo encendió pero su sonrisa se desvaneció al ver que la bandeja de mensajes estaba vacía
♡ Yong ♡
Hola ¿Cómo estás?
9:00 am
¡Puedo usar el celular una vez a la semana!
9:02 am
¿Estás ocupado?
9:03 am
Me gustaría que me vinieras a visitar alguna vez, ya te extraño
9:04 am
Debes estar ocupado :(
9:10 am
¡Espero tu mensaje! Te amo ♡
9:12 am
Salió del chat y dejo el teléfono en la mesa, miro a Yangyang quien estaba viendo atento la pantalla de su móvil y moviendo con un ritmo particularmente pesado, al parecer estaba escuchando música porque algunas vibraciones lograban ser lo suficientemente fuerte para salir de los audífonos
Paso el resto de la hora esperando un mensaje de su esposo pero no recibió respuesta, por más que quiso esperar un poco más el médico no le dejo y le retiró el celular
Subió sus piernas a la silla y reposó su barbilla en sus rodillas por lo que el menor puso suavemente su mano por su hombro — ¿No te respondió tu esposo? — preguntó
El mayor sacudió su cabeza —Trabaja mucho, debe estar ocupado ahora — dijo volteando a mirarlo y dedicándole una sonrisa
A la hora de la comida vio como Yangyang comió 5 platos completos llenos de arroz, zanahoria y carne tan rápido como su boca se lo permitía, y justo cuando termino se levantó — Vuelvo en un momento —
No es la primera vez que pasa eso ¿Acaso es posible que su metabolismo sea tan rápido que necesite ir al baño cada vez que termina de comer? El hecho de que comía demasiado lo justificó diciendo que necesitaba comer mucho para crecer grande y fuerte, pero algo le hizo preocuparse así que se levantó y se dirigió al baño
Se escuchaban arcadas en uno de los sanitarios, empezó a entender el que hacía el menor ahí si no parecía tener ningún trastorno como algunas personas ahí
Entre sus pensamientos se olvido de que estaba parado justo delante del cubículo en donde se encontraba su amigo así que cuando este salió se lo topo frente a frente
Se miraron directamente a los ojos y el solo se limpió la boca con la manga de su suéter — Lo siento —
— ¿Por qué vomitas tu comida? — dijo mientras lo seguía al lavabo
El menor dejo de sonreír y suspiro — Verás, amo el sabor de la comida inundar mi boca pero me da miedo engordar, es mejor sacarla que dejarla ahí —
Sin duda no entendía pero decidió dejar el tema ahí cuando noto la incomodidad de Yangyang
Regresaron a la sala y estuvieron viendo la tele juntos un rato hasta que la noche cayó
La dinámica del baño era agotadora, cada cuarto estaba compuesto por dos personas así que cada cuarto tenía al rededor de 15 minutos para ducharse, cambiarse a su pijama y regresar a su habitación
Por suerte el cuarto de Yangyang y Ten era la número 4 entonces no tenían que esperar tanto como los de la habitación 13