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Los días tomaron su transcurso natural, muchos días no regresó a casa pero ahora cambió el hecho de que ya no se molestaba en decirle a su esposo en donde estaba, no tenía la molestia en crear una excusa aunque supiera que cualquier estupidez que dijera aquel tonto la creería 

Ten se agotó emocionalmente de no recibir respuesta a sus preguntas así que se propuso hacer su mejor esfuerzo para disculparse por lo que sea que haya hecho mal ¿Tal vez Taeyong estaba celoso de que pasaba mucho tiempo con Leon? ¡Claro tontito! Su querido Yonggie siempre había sido celoso pero es del tipo de no decirlo, así que hizo un gran pay de fresas el favorito de su esposo y ahora si lo llevaría de regalo hasta su oficina, le va a demostrar que por más que ame con su corazón al pequeño Leon también lo ama a él

Más tarde esa mañana llegó por primera vez al gran edificio de los Lee, en donde se encontró con el secretario Key que lo llevó hasta la oficina de Taeyong quien se encontraba chateando en su celular con una gran sonrisa que se borro cuando vio al pelinegro parado en la puerta 

Key los dejo solos y levantó de su asiento — ¿Qué haces aquí? —  

— Verás, quiero que recuerdes que te amo mucho, así que pase toda la mañana horneando tu pay favorito — dijo con una amplia sonrisa y estiro sus brazos entregando el regalo 

El castaño miro el postre con desprecio y con una mano lo empujo de forma que aquel lindo pay que estaba decorado con fresitas en forma de corazones termino desparramado en el piso — Oh lo siento — exclamó en un tono algo sarcástico y fue a la puerta para abrirla e invitarlo a salir con la excusa de que estaba muy ocupado

A veces el corazón esta tan roto que piensas que ya no hay forma de que se rompa aún más, pero justo cuando crees que es imposible es cuando la realidad te demuestra de que siempre existe una posibilidad, las lágrimas empezaron a escurrir de nuevo pero aún así volteo a ver a su esposo con una sonrisa y solo dijo un — Esta bien, te veo en casa... si es que llegas — 

Rodó los ojos y dijo — ¿Solo sabes llorar? — y no recibió una respuesta, en cambio el menor solo salió de la oficina y regreso a casa



Al día siguiente Taeyong llegó temprano a casa con comida china para los dos

— Tesoro llegué vayamos a comer—  dijo dandole un beso en la cabeza y mostrándole la bolsa con la comida

Lo miro y su corazón se reconstruyó un poco, no pudo evitar más que sonreír e ir corriendo a la cocina para ir por platos y cubiertos

Yong colocó su rollito primavera en el plato de su esposo con una sonrisa — ¿Qué hiciste hoy? —

¿Realmente le estaba preguntando por su día? Generalmente era al revés, Tae habla de su día y Ten lo escucha, no perdería la oportunidad de que su esposo se interese por él, planeaba decir algo acerca de su comportamiento del último mes pero todo se borro cuando hizo esa pregunta y decidió mejor hablar de todos los trabajos que ha estado haciendo por ahora, y su esposo lo escuchó con una gran sonrisa en el rostro, sin duda su corazón estaba contento, no entendía su cambio de humor repentino  pero sabía que estaba feliz de que ya no fuera frío y distante con él

Las siguientes semanas volvió a ser el adorable y amoroso Taeyong con quien se casó, sin duda el trabajo se debió haber puesto difícil, pero es parte del matrimonio. El menor lo amaba tanto que soportaría ser arrollado con tal de que su hombre este bien, y si aguantar con los tratos fríos repentinos era parte de su estrés lo soportaría porque se prometió que jamás lo dejaría solo 




Pay de fresa | TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora