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Cuando se despertó se dio cuenta que estaba en el suelo, desnudo y en completa oscuridad, se movió lentamente para sentarse pero sintió un dolor intenso en la espalda baja, se levantó como pudo y notó las puntas que seguían insertadas así que se armó de valor y las jalo con fuerza

Miró el reloj y eran las 5:00 am, lo que quería decir que Taeyong se iría aproximadamente en dos horas, camino hasta las escaleras pero justo cuando intentó levantar el pie para subir al primer escalón, el dolor fue insoportable, dormiría mejor en el sillón 

Repentinamente sintió unas incontrolables ganas de ir al baño, fue a orinar, pero se preocupo cuando vio que era rojo, era sangre, pensó en ir a despertar al mayor para que fueran al hospital pero recordó lo que pasó la última vez que lo despertó

De igual forma se sentía agotado, el amor si es más complicado de como lo pintan en las películas, pero quería hacer feliz a su esposo así que estaba tratando de soportar lo más que pudiera, ver al castaño riendo es lo que lo hace feliz, aún si eso quiere decir que este a punto de ser mutilado 

El sueño le ganó al dolor y quedó profundamente dormido en su sillón hasta que unas horas después escuchó ruidos que lo despertaron. Era Taeyong quien tenía una rebanada de pan en la mano y estaba parado delante de el

— Buen día mi tesoro — dijo agachandose para darle un beso en la frente

— Buenos días  mi amor— contestó con una débil sonrisa, sintió de nuevo dolores punzantes por toda su columna y cuando el mayor se sentó en sus piernas que estaban estiradas por el sillón reclinable de nuevo sintió la dificultad para respirar — Me siento mal, iré al médico —

— ¿Médico? ¿Por qué? —

— Me duele mucho la espalda, no puedo respirar bien y sangro cada que me muevo —

El mayor rió y mordió el pan que tenía en la mano — No ocupas nada de eso, solo tienes que comer bien — dijo mientras masticaba y posteriormente con su pulgar abrió la boca de Ten para besarlo y en el proceso pasarle aquel bolo de pan que había creado en su boca y "alimentarlo"

Sonrió, le dejo el resto del pan que tenía en la mano y salió de nuevo de casa hasta que recordara que su esposo estaba ahí, Taeyong siempre tenía lo que mucha gente desea y eso es que alguien espere tu regreso a casa






Su dolor por cada día aumentaba al punto que hasta ir al baño era lo más doloroso del mundo, necesitaba un médico o al menos que su esposo estuviera en casa para que así se tuviera que engañar y fingir que el dolor no lo estaba matando lentamente

Unos días de agonía después Taeyong regresó a casa, se acercó a el con una gran sonrisa, algo malo iba a pasar, ya lo sabía

— Por favor llévame al médico — dijo con lagrimas surgiendo de sus ojos, si se movía del sillón empezaba a sangrar litros, ya no podía seguir así si es que quería seguir vivo

Taeyong caminó rápido y brincó de vuelta a las piernas de su esposo, iba a morir sin duda, perdió el poco oxígeno que sus pulmones le permitían retener y empezó a ahogarse, el castaño hizo una cara de asco al verle escupir algunas gotas de saliva — Conseguí esto, ya no te dolerá nada —

Enseño una jeringa que contenía un liquido amarillento, de ninguna manera se dejaría inyectar algo así, soporto de todo pero no lo haría con eso así que como pudo paró su tos y movió bruscamente el brazo — De ninguna manera —

El mayor levantó una ceja — ¿Te pones rebelde? —

— No es rebeldía es... — dijo antes de que fuera inyectado con todo el contenido de la jeringa haciendo que cayera en algún tipo de trance para después volver a desvanecerse

Pay de fresa | TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora