Pasaron algunos días en donde Taeyong seguía sin aparecerse por la casa
Se descargó las aplicaciones que Yangyang le había enseñado y estuvo un buen rato mirando publicaciones y viendo lo lindo que se veían los perfiles de algunos artistas que encontraba en el camino
Ese pacífico momento se vio interrumpido por la llegada del tan esperado Taeyong quien se quedo congelado y sus ojos estaban a punto de salir disparados al ver al rubio sentado en el comedor
Este lo miro y aparto el celular para darle toda la atención a su esposo junto con una amplia sonrisa — Hola mi amor ¿Dónde habías estado? —
— ¿Cuándo saliste? ¿Por qué no me avisaste? — devolvió preguntas mientras se sentaba adelante del menor
— Hace unos días, no contestaste mis mensajes nunca — dijo secándose una lagrima imaginaria y se levanto para tomar suavemente los hombros de su esposo
— Lo siento tesoro, he estado ocupado con el trabajo — dijo sobando la mano que estaba posada sobre su hombro derecho
"El trabajo no fue para su cerebro sino para su pene" pensó, le dio un beso en la mejilla a su marido para después decir — Te haré algo de comer espera un momento —
Hizo un ramen pero decidió agregar un ingrediente especial para que su esposo estuviera a su lado, un polvo llamado flunitrazepam que se aseguró de disolver perfectamente en el caldo de los fideos
No era muy bueno midiendo así que sospecha que se pasó un poco de la cantidad recomendada pero estaba bien ya que solo 3 bocados bastaron para ponerle a dormir profundamente
Se empezó a poner nervioso pensando en donde podría poner a Taeyong quien se encontraba desmayado, había pensado en amarrarlo a la silla pero a menos que estes en una película eso funcionaría, algo le decía que se podría liberar fácilmente de ahí así que corrió al ático por primara vez en una crisis por no saber que hacer
Sus ojos recorrieron todo el lugar hasta encontrar una caja grande tapada con una sabana azul, la destapo y sus recuerdos de León regresaron
— ¿Por qué le compraste esta jaula tan grande al gato? —
— Para que duerma ahí y este cómodo cuando vaya al veterinario mi tesoro — dijo dandole un beso en la frente, se acuclilló para abrir la gran jaula y meter al gato a la que sería su cama
Ten empezó a reír a carcajadas — Mi vida tu cabes ahí — el mayor lo miró y se rió antes de comprobar si era verdad
— Taeyong en verdad tienes mala suerte de que tengo muy buena memoria — dijo con una risita mientras tomaba la jaula y la subía al comedor
Duro media hora metiendo a su esposo a la jaula y se le olvido lo más importante, el candado así que corrió al portón de su casa para tomar ese y anotando en su mente que debería comprar otro
Y así fue como el hijo de uno de los magnates de negocios más importantes de corea se encontraba drogado en una jaula para perros en medio de su casa