18

1.7K 170 6
                                    

Durante la semana estuve pendiente de Kira, por suerte su resfriado no fue a más. Los primeros días no quería estar sola, pasaba mala noche así que me quedaba con ella, la llevaba a mi habitación y cuidaba de ella durante esas noches, apenas dormía, pero era un sacrificio que podía hacer por ella. Durante la semana recibí llamadas todos los días de Lena, quería saber cómo estaba Kira, siempre le daba el parte para que estuviera tranquila.

No sé cómo se lo hace mi pequeña, pero ha enamorado a la CEO de Luthor Corp.

Una semana después Kira ya estaba recuperada y cuando me la llevé al médico me dijo que ya no hacía falta que siguiera dándole el medicamento para la fiebre pero si el jarabe para la tos, porque aún tosía, y en vez de tres veces al día, dos veces y poco a poco pasando a una sola vez y eliminarlo por completo. La doctora Snow dijo que era mejor hacerlo así para no pararlo de golpe porque sería malo para la recuperación de la niña. Seguí sus indicaciones sin problemas y lo mejor era que podía salir de nuevo, eso sí, mucho más abrigada.

El fin de semana mi familia fue a comprar y cuando volvieron le dieron a mi pequeña unos guantes, una bufanda y un gorrito para cuando se pusiera buena y pudiera salir de casa.

Estábamos en la oficina, le quité el gorrito los guantes y la bufanda y le puse un pañuelo en el cuello para que no cogiera frío. Fue a su escritorio con su maleta y sacó sus cosas para poder "trabajar" sonreí porque me estaba imitando.

Me acerqué al mío y encendí el ordenador, en ese momento entró Diana, mi secretaria.

—Buenos días señorita In-Ze.

—Buenos días Diana, ¿ha habido algún problema durante mi ausencia?

—No, ninguno y parece ser que el proyecto de L-Corp está muy avanzado así que sus madres me han pedido que llame a la señorita Luthor.

—Hazlo y que venga con Samanta Arias, hablaremos del presupuesto.

—Entendido. —salió de la oficina.

Un rato después Kira vino a mí para enseñarme lo que había hecho, había terminado de escribir las letras que le di hace más de una semana, las revisé y estaban bien, las guardé en la carpeta donde tengo las demás e hice de nuevas, las ultimas del abecedario.

En ese momento se abrió la puerta y vimos entrar a Samanta y a Lena, Kira salió de detrás del escritorio y al ver a Lena sonrió y fue corriendo hasta ella y la abrazó las piernas.

—Hola preciosa. —dijo Lena con una sonrisa.

Me fijé que Sam no sabía que estaba pasando y no entendía que hacía una niña allí.

Me levanté y me acerqué a ellas. Kira soltó a Lena y ella se pudo agachar.

—¿Cómo te encuentras?

—Bien, pero tengo tos. —dijo haciendo un gesto de molestia.

—La doctora ha dicho que está bien, pero que aún tiene que tomarse el jarabe una semana más.

—Entiendo, me alegra verte, me preocupé mucho. —le acarició la cabeza y yo no dejaba de sonreír.

—¿Qué tenías que decir a Lena? —pregunté.

—Gracias por los osos.

—De nada, me alegro que te gusten.

—Hoy no ha traído a ninguno. —le dije.

—¿Por qué? —preguntó Lena.

—Que te lo diga ella.

—Es que si traía uno, los demás se sentirían celosos y se enfadarían conmigo.

Familia SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora