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Lena PV

Fuimos al pase de modelos y vi varios vestidos, pero no me convencían, hasta que llegó el pase de un diseñador desconocido, al menos lo era para mi, vi varios modelos hasta que me fijé en un vestido en concreto, se colocó delante de mi y pude verlo mejor. Era sencillo y me encantaba.

Cuando terminó el desfile, fuimos al backstage para hablar con el diseñador, tuvimos que preguntar para saber quien era. Nos acercamos, lo vimos ocupado, pero le hablamos de todos modos.

—Hola, disculpe.—dijo Sam.
—Díganme.
—Verá queremos hablar con usted sobre uno de sus vestidos.
—¿No le ha gustado?—preguntó mirándonos.
—No, son todos hermosos, pero hay un en particular que me ha encantado.—le dije.
—Mmm, ¿cual?
—El quinto en salir.—le dije.
—Oh, si.
—Quisiéramos pedirle un modelo de ese vestido. Verá, me caso dentro de unos meses y he estado buscando algo para mi día y no había encontrado nada en mi ciudad, hasta que hemos venido aquí y cuando creí que me iba sin haber encontrado nada que me gustara, apareció su desfile y ese vestido que me encantó.
—Me alegro.—dijo el hombre.— será un honor hacerle el vestido, voy a cogerle ahora las medidas y cuando vuelva a mi estudio empezaré a diseñarlo.
—Muchísimas gracias.—estaba contenta porque por fin tenia vestido.

Me quité la chaqueta y el bolso y se lo di a mi madre, él se acercó a mi y mi con el metro y empezó a tomarme las medidas, del busto, los hombros, la cintura y las piernas para saber el largo de la falda.

—¿Quiere mucha cola?
—No, corta.
—De acuerdo.—le vi tomando nota.—Puedo personalizarle el vestido, no tiene porque ser exacto al que ha visto.
—Oh, pero me gustaba ese, tal cual.
—De acuerdo, entonces lo haré igual.
—Muchas gracias.—le di mi tarjeta de visita y él hizo lo mismo.
—Muy bien señorita Luthor, cuando lo tenga, la llamaré para hacerse la primera prueba.
—Muy bien.— nos despedimos de él y nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad para ver si encontraba zapatos para ese vestido.

Kara PV

Iba una vez a la semana con mis madres y con Alex a por mi traje, pero siempre volvíamos sin éxito. Lena me daba envidia, ella ya tenia el vestido elegido, se lo estaba haciendo el propio diseñador.

Una noche lo hablé con Lena, porque ella tenía algo más de libertad para ir a otra ciudad, pero yo no, no podía dejar tanto tiempo la empresa y mis madres, menos.

—¿Porque no vas a un sastre? Que te hagan el traje.—dijo sin más.
—Es una buena idea, ¿crees que hay tiempo?
—Por supuesto, no nos casamos hasta septiembre y estamos en mayo.
—De acuerdo.—busqué una buena sastrería en la ciudad, por internet y cuando la entré me apunté la dirección.—Iré mañana.
—¿Van a poder ir tus madres?
—No, están con un nuevo proyecto, desde hace una semana, así que las salidas van a ser más reducidas y en vez que ir las dos conmigo, irá una. Pero si es para hablar con el sastre y que me tome las medidas, no las necesito.
—Si, es mejor que esperes a la primera prueba del traje para ir con ellas.
—Sí, será lo mejor. — la besé.—gracias por la ayuda.
—De nada.

A la mañana siguiente fui a la dirección y vi una tienda, me asomé al escaparate y vi cosas interesantes, entré y vi a un hombre en el mostrador, me acerqué a él.

A la mañana siguiente fui a la dirección y vi una tienda, me asomé al escaparate y vi cosas interesantes, entré y vi a un hombre en el mostrador, me acerqué a él

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